Si se te hace difícil pedir un favor, no te sientas sola. De acuerdo a los expertos, a la mayoría de las mujeres se nos hace difícil pedir ayuda. Esto pasa, no cuando tenemos que pedir ayuda para un ser querido, si no cuando tenemos que pedir ayuda para nosotras mismas. Esta actitud es tan extrema que a menudo no pedimos ayuda hasta que nos encontramos en una crisis o emergencia.
Reconozco que no es fácil aprender a pedir ayuda. Nos crian para que seamos las personas que cuidan, nutren y resuelven problemas en el hogar. Cuando trabajamos fuera del hogar también adoptamos este rol.
Según los expertos, existen muchas creencias y actitudes que no nos permiten pedir ayuda, como la siguientes:
No quiero aparentar que soy débil. Ésta es una de las excusas más comunes que nos damos las mujeres para no pedir ayuda. Creemos que si necesitamos ayuda estamos mostrando debilidad, que nuestros errores y defectos serán más visibles. Para vencer esta excusa, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Pensamos nosotras que una persona es débil cuando nos pide ayuda? Probablemente no.
No quiero causar molestias a mis amigos. Este pensamiento surge en nuestra mente cuando necesitamos pedir un favor grande, algo que quizás sólo le pediríamos a un familiar cercano. Y la única persona disponible es una amiga o vecina. Antes de angustiarnos, debemos analizar la situación con calma. Si somos capaces de ayudar a una amiga con nuestro tiempo, apoyo y recursos, ¿por qué vamos a pensar que una amiga no haría lo mismo por nosotras? Además, si una amiga realmente no puede, o no quiere, ayudarnos, ella nos lo dejará saber.
No quiero parecer incompetente. ¿Te has encontrado alguna vez en una situación en que necesitas preguntar algo que no sabes y prefieres pasar trabajo tú sola antes de preguntar? Cuando era joven me pasaba esto con frecuencia, pero con el tiempo, me di cuenta que era una actitud tonta que no me permitía crecer ni seguir adelante. Es inteligente pedir ayuda a personas que tengan más experiencia o conocimiento que nosotras. Muestra que somos mujeres competentes dispuestas a superarse y a aprender cosas nuevas.
Nadie lo puede hacer tan bien como yo. Quizás nos gusta limpiar la casa de cierta manera, cocinar de cierta manera, doblar la ropa de cierta manera, ¿pero vale la pena hacer todo a nuestra manera sin ninguna ayuda? Al final, podemos terminar haciéndolo todo mal porque estamos muy ajetreadas y cansadas. Es mejor dejar ir y recibir la ayuda que nos puedan dar, aunque no sea exactamente igual como lo haríamos nosotras.
Me criaron para ser una mujer independiente. Reconozco que todavía esta excusa resuena en mi mente cada vez que necesito pedir ayuda. Siempre he sentido una satisfacción profunda cuando puedo valerme por mí misma. Desde que era pequeña, mi madre me enseñó el valor de la independencia. ¿tTene que estar ese sentido de independencia en conflicto con la capacidad de pedir ayuda? Creo que no, porque realmente en esta vida no se puede lograr nada en aislación. Dependemos unos de los otros de diferentes maneras.
¿Tienes dificultades pidiendo ayuda? Comparte tus experiencias aquí con las Mamás Latinas.
Imagen vía Futureshape/Flickr