Mi esposo es malencarado. Es más serio que la estatua de una plaza. Tiene una manera tan directa de decir las cosas que a veces cae mal, pero yo lo amo. Lo quiero además, porque en ocho años que llevo junto a él no he dejado de admirarlo. Siento que compartimos los mismos valores y c__onfío en que su postura ética ante la vida camina por la misma acera que la mía__. Amanecí pensando en todo eso, después de escuchar el emotivo discurso de Michelle Obama, bautizada a partir de hoy en el mundo entero como Mom in Chief. Aunque, no es precisamente sobre las palabras de la primera dama estadounidense que me gustaría hablar, sino de la fotografía que salió del lente del fotógrafo de la Casa Blanca, donde se ve a un no menos enamorado y orgulloso esposo Barack Obama, plácido en un sofá abrazado junto a sus dos niñas.
Áquel hombre relajado y con la admiración sintiéndose hasta en la foto, para mí fue una imagen reveladora. Los Obama se veían como una familia común y corriente. Se parecían a la tuya o a la mía. Eran la imagen de cualquier grupo familiar sano y feliz, donde además el apoyo y la admiración mutua es una práctica cotidiana. Por ahí han llovido tuits asegurando que la señora Obama, leyó un discurso, que todo fue una actuación y que de aquí en adelante puede buscarse un papelito en una telenovela. Ni lo afirmo, ni lo desmiento. Simplemente digo que quizás ella no sea una oradora carismática, a pesar de que el público la ovacionó de pie y las cámaras enfocaron a varios asistentes bañados en lágrimas. Lo que si no puede posarse es la foto familiar, tomada tras bastidores. Tanto el rostro de Barack Obama como el de las niñas, eran las caras de un marido y de unas hijas en total sintonía con la madre. Me encantó esa estampa de familia unida en las buenas y en las malas.
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De alguna manera sentí que esas figuras poderosas, cuyas decisiones rigen nuestros destinos económicos y sociales no son intoncables e inalcanzables, sino que se parecen a uno y, sinceramente ahora que soy madre no conjugo la vida desde el yo, sino desde el "nosotros";así, que ver al padre cariñoso, abrazando a sus niñas de alguna manera me hizo pensar que quizás a la hora de tomar una decisión de Estado, que afecte a las familias, quizás lo haga poniéndose la mano en el corazón de padre. No lo sé. Y, aunque bien es cierto que la práctica política es sucia, que besar ancianos y niños, además de fotografiarse junto a gente desamparada es común a la hora de implementar estrategias que atraigan y conmuevan al votante, de todas maneras la foto de Obama con sus hijas nos enrostra una verdad que los padres jamás deberíamos olvidar y es que sin importar a qué nos dediquemos, cuál sea nuestro salario y qué tanta responsabilidad laboral tengamos, lo primero siempre debe ser la familia.No hay ocupación que justifique que un padre o una madre abandonen a sus hijos. Mil veces hemos escuchado decir que la familia es la base de la sociedad y yo siento que más que un mito es una realidad. La familia es lo que nos da piso y ancla para hacer y ser lo que seremos en la vida.
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Imagen vía The White House/flickr