No cabe duda, que la vida y la muerte, siguen siendo eventos completamente enigmáticos; muchas veces fuera del entendimiento humano, pero lo suficientemente fuertes, como para hacernos sentir que hay vida después de la muerte. Lo digo por el conmovedor caso de April Beaver, una mamá originaria de Mississippi, que pudo escuchar nuevamente el corazón de su hijo fallecido, Caleb, latiendo con fuerza en el cuerpo del Dr. Chuck Shelton, un psiquiatra de Kentucky. Como si se tratara de un inexplicable milagro, Beaver cuenta que había estado rezando para que Dios le permitiera "tener un sueño" o algo que la hiciera "sentir cerca del corazón de Caleb", hasta que esa señal divina finalmente llegó, como relata un informe del Daily News.
Y es que, ella cuenta que desde la muerte de su hijo de 16 años -quien murió las navidades del año pasado debido a dos derrames cerebrales causados por una malformación genética circulatoria- había estado suplicando para poder verlo aunque fuera en sueños. Hasta que un día sus oraciones parecen haber sido escuchadas, pues el día siguiente, al que pidió con mucha devoción que "quería escuchar su corazón latir", recibió una carta del Dr. Shelton; quien había recibido el corazón de Caleb (pues éste era donador de órganos) para decirle que quería agradecerle en persona que su hijo le hubiera salvado la vida.
Así, quedaron de verse en el aeropuerto Internacional de Gulfport Biloxi, en Mississippi. Ahí las familias se aproximaron y con un estetoscopio, el Dr. Shelton le permitió a Beaver escuchar el corazón de su hijo. "Ése es Caleb" dijo la mamá conmocionada. "Es muy fuerte", replicó el Dr. Shelton, expresando además que se encontraba incluso mejor que hace tres o cuatro años, con el corazón latiendo en su pecho: "Es un regalo y es simplemente indescriptible", expresó el doctor.
Seguro que para esta madre escuchar nuevamente el corazón de su hijo latiendo con fuerza debió haber sido, uno de los regalos más conmovedores que la vida le haya hecho. Y es que, me imagino que después de haberlo escuchado, se habrá dado cuenta de que, hay vida después de la muerte, pues aunque su hijo ya no esté físicamente, su espíritu vivirá por siempre en el corazón de su mamá, así como en el del Dr. Shelton, recordándoles siempre que el cuerpo, así como la materia "no se destruye, sólo se trasforma".
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