Afortunadamente no todos los hombres son unos pervertidos

Aquí entre nos, tú crees que si un hombre tuviera la oportunidad de verle el trasero a una mujer de manera gratuita, en vivo y en directo ¿dejaría pasar la oportunidad? ¡Por supuesto que no! Desgraciadamente, muchos hombres nada más están a la espera de ver qué mujer se descuida un poco, para poder verle las piernas, el trasero o los pechos. Es más ¿quién no fue víctima de la típica travesura de niños, cuando éstos se colocaban debajo de las escaleras para verles los calzones a sus compañeras?

Te apuesto que a más de una ¡le tocó vivirlo! Con decirte que una vez, unos compañeros de escuela –pensando que me habían visto los calzones y no los shorts que me había puesto para disimular– comenzaron a correr el rumor de que usaba una talla ¡extra grande de ropa interior! Y aunque en un principio me enojé bastante, ahora sólo me río por su ingenuidad.

En fin, el punto es que a casi todas nos ha tocado vivir una situación similar y aunque puede que este tipo de cosas le haya creado una "mala fama" a los varones, debo reconocer que afortunadamente, no todos los hombres son unos pervertidos. Eso lo comprobé el otro día, cuando viví una de las vergüenzas más grandes de mi vida. Resulta que salí del tren y el vestido que llevaba se me había subido por completo por la parte de atrás, pero como yo no me di cuenta,  iba caminando por la estación de tren como si nada, cuando al subir las escaleras, un señor que iba justo detrás de mí, se acercó rápida y discretamente para decirme: "Ten cuidado con tu vestido porque lo llevas arriba". Como te imaginarás, la cara se me puso de mil colores y no me quedó de otra, más que agradecerle la oportuna observación, pues fue el único que tuvo la decencia de avisarme que estaba enseñando todo, antes de que saliera a la calle a exhibirme.

Y la verdad, es que después de esta experiencia, quedé convencida de que no todos los hombres son tan aprovechados como pensaba. Por fortuna, todavía hay hombres decentes y dispuestos a tratar a una mujer como una verdadera dama. Y como si la suerte estuviera de mi lado, también debo agradecer, que el destino me haya puesto en el camino a uno de los hombres más caballerosos del mundo –mi esposo–, pues estoy segura de que él hubiera hecho lo mismo que hizo este señor, con tal de evitarle una vergüenza como ésta a una mujer.

¿A ti te ha pasado algo similar? ¿Tu pareja se salva de estar en la lista de los pervertidos?

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