Un niño que sufre de una extraña enfermedad se refugia en su fe para sanarse (VÍDEO)

Cuando veo historias como la de Ricky Martinez, un pequeño de 10 años, que lleva más de un año luchando contra una extraña enfermedad conocida como anemia aplástica, un padecimiento que se manifiesta, cuando la médula ósea deja de producir células sanguíneas, causando debilidad, piel pálida, latido acelerado, erupción cutánea, fiebre, entre otros síntomas; no puedo dejar de pensar, en las grandes lecciones de vida, que muchas veces, los más pequeñitos nos dan a los más grandes.

Y es que, a pesar de que el pequeño, ha tenido que pasar más tiempo encerrado en las cuatro paredes de un hospital, que jugando con sus amiguitos en el parque -como lo haría cualquier niño de su edad- Ricky sonríe, con la esperanza de que pronto pueda regresar a su vida normal. Y todo parece indicar, que su sueño podría verse realizado, más pronto de lo que pensaba, pues tras haberse sometido a un largo tratamiento, pudo finalmente regresar a su hogar, a finales del mes pasado.

No obstante, Ricky y su familia, saben que éste es sólo un paso para su recuperación, pues sus esperanzas de vida, residen en que el trasplante de cordón umbilical, al que el niño se sometió en mayo pasado; haga un milagro en la salud de este pequeñito, para que se recupere pronto. Y la buena noticia, es que según los médicos, este trasplante experimental (los doctores habían optado primero por un trasplante de hueso para estimular un crecimiento celular, pero luego decidieron hacer el trasplante de cordón umbilical) está mostrando buenos resultados en la salud del niño.

Gracias a su progreso, Ricky ya sólo tiene que acudir a revisión, dos veces por semana, para que el doctor observe su evolución. Y los papás del niño, se encuentran tan esperanzados (al verlo más recuperado), que hasta esperan que regrese a la escuela de su condado en agosto, para cursar el quinto grado, como dice un informe del portal MurrietaPatch.com.

Dicen por ahí que "la fe mueve montañas" y no cabe duda, que en el caso de Ricky, el no dejar de creer, ha sido quizás, lo que lo ha mantenido a él y su familia, con toda la fortaleza y vitalidad para seguir adelante. Espero que pronto, escuchemos, que el pequeño se recuperó en su totalidad y que ha podido seguir con sus estudios y practicando los deportes que tanto lo apasionan.

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Imagen vía Patch