No soy ciudadana estadounidense. Soy la única de mi familia que no lo es. Mi esposo nació en Puerto Rico, una colonia de Estados Unidos, y nuestros dos hijos nacieron en Colorado. Así que son estadounidenses por nacimiento. Mi hermana mayor también nació aquí cuando mi papá estudiaba en la Florida. Aunque mis padres se regresaron al Perú antes de que ella cumpliera un año, cuando regresamos a Estados Unidos años más tarde, mis padre obtubieron la residencia legal por medio de ella. De ahí, hicieron una petición para que mi hermano y yo adquiriéramos la residencia también. Después de pasar los cinco años requiridos por ley como residentes legales, todos ellos solicitaron la ciudadania, menos yo.
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Esto no es realmente un tema que me gusta discutir, menos en estos tiempos con tanta política antiimigrante, pero pienso que algunas de ustedes tal vez se pueden identificar con mi dilema.
Las razones detrás de mi decisión han sido fuente de muchas discusiones entre mi esposo yo, pero fundamentalmente, ¿cómo me puedo convertir en ciudadana de Estados Unidos cuando mi corazón y mi alma son profundamente peruanas? Para mucha gente, una cosa no tiene nada que ver con la otra. Sólo porque te conviertes en ciudadana estadounidense no signfica que ya no eres peruana, me dicen. Además, ambos países permiten que sus ciudadanos tengas doble nacionalidad, añaden. Aún así, hay algo que no encaja.
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No es que tenga algo en contra de mi país adoptado. Mis hijos no hubiesen nacido aquí de serlo así. Es sólo algo que es muy difícil de explicar, pero voy a tratar de hacerlo–aunque posiblemente sea muy criticada. Me gusta Estados Unidos, pero amo al Perú. Me pongo de pie cuando alguien recita el Juramento de Lealtad (Pledge of Allegiance) o canta el himno nacional de Estados Unidos como señal de respeto, pero no los acompaño. El único himno que me sé de memoria y que puedo cantar en cualquier momento es el peruano. Me parece que la bandera de Estados Unidos es muy bonita, pero la única que me emociona es la de mi patria. Podría continuar, pero creo que con todo es más que suficiente.
¿Tú que crees? ¿Estoy equivocada la no querer hacerme ciudadana estadounidense? Déjanos un comentario con tu opinión.
Imagen vía Grand Canyon NPS/flickr