Aunque me gusta el fútbol, no soy una asidua espectadora, por lo que me sorprendió en la Eurocopa el color y el nombre del atacante italiano Mario Balotelli, quien se ha convertido en una de las mayores estrellas de la Eurocopa 2012, que termina este domingo en un enfrentamiento entre España e Italia.
Nacido en Palermo, Italia, en 1990, de unos padres ghaneses que lo dieron en adopción por problemas económicos. Mario fue criado por una familia adoptiva, los Balotelli, que aunque nunca lo adoptaron formalmente tomó el apellido al alcanzar la mayoría de edad. Mario fue el que anotó ayer los dos goles que derrotaron a Alemania y le dio el pase a la Azzurri a la final.
Debe haber sido muy dura la infancia de Mario, que cuando no está con la selección de su país juega con el británico Manchester City. Italia no es considerado un país particularmente benigno con los inmigrantes y mucho menos con los negros. Me lo imagino oyendo cualquier cantidad de barbaridades de pequeño y soñando con el fútbol
Una muestra son los insultos racistas a los que el pobre ha recibido durante su carrera. Quizá como coraza, forjó una personalidad muy fuerte, capaz de sobreponerse a cualquier ofensa. Y un carácter, para bien o para mal, prácticamente indomable.
Parece increíble, pero su presencia en la liga italiana obligó en una ocasión a que un partido entre su equipo el Inter de Milán y el Juventus se jugara sin público, por el acoso de los fanáticos que hacían "huhuhu", imitando a los monos, cada vez que Mario tocaba la pelota. ¡Qué humillación! Durante el encuentro entre Italia y Croacia en esta Eurocopa, un hincha croata le lanzó una banana al campo. El equipo croata fue multado con casi $100,000.
Para rematar, esta semana el principal diario deportivo de Italia Gazzetta dello Sport publicó una caricatura en la que Mario salía parecido a King-Kong subiéndose a la Torre de Londres. El periódico pidió disculpas y dijo que quería demostrar como el italiano había dominado a los ingleses en el fútbol (Italia derrotó a Inglaterra) y dijo que no habían tenido intención de ser ofensivo. Yo francamente no sé qué es peor que hayan tenido mala intención o que sean tan ignorantes de la realidad inmigrante.
Si eso es en su vida profesional, qué habrá pasado creciendo en las calles de la ciudad de Brescia, dónde sin duda era uno de los pocos o único negro. Pero en el espíritu de Balotelli no cabe la resignación. Por el contrario se ha hecho arrogante y a veces irrespetuoso, pero es tan talentoso, que hasta sus más duros críticos han decidido tratarlo como un niño travieso.
Los ejemplos de su rebeldía son públicos: incendió su baño mientras jugaba con fuegos artificiales; silbaba el himno del Milán en los vestuarios cuando jugaba en el Inter, el eterno rival; es conocida su falta de preocupación por estacionar en zonas prohibidas; fue a un club de striptease antes de un partido, entre muchas otras locuras. Parece decidido a convertirse en literalmente la oveja negra de la selección italiana.
Entiendo que una persona que ha sufrido tanto abuso decida que no le importa nada. Quizás finalmente se sienta que pertenece ahora que su actuación en la Eurocopa lo ha convertido en un héroe para los italianos. Mientras, yo espero a que madure y le cuento a mis hijos cómo la perseverancia te ayuda a sobrepasar cualquier cosa y que tener padres inmigrantes no es un obstáculo para ser un ídolo en tu patria y que los sueños, por descabellados que sean, sí pueden convertirse en realidad.
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Imagen vía Getty Images