El otro día estaba hablando con una amiga que tiene un trabajo de directora en una compañía financiera y me dio mucha pena cuando me contó que cuando hace una oferta de trabajo, por lo general, las mujeres aceptan sin titubear mientras que los hombres siempre quieren negociar. Pero, ¿por qué? Porque a diferencia de los hombres, a las mujeres no se nos enseña a ser agresivas y firmes en cuanto a lo que queremos.
Aunque no voy a decir que soy la mejor cuando se trata de negociar, con el tiempo he aprendido a darme mi lugar y exigir que me valoren por lo que realmente valgo. Pero no siempre fue así. En mi juventud, yo también fui una de esas mujeres que aceptó la primera oferta de trabajo sin entender que el negociar es parte del proceso.
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Lo más triste del caso, es que muchas mujeres piensan igual. Según estudios publicados en un libro bajo el nombre de Women Don't Ask (Las mujeres no piden), los hombres inician la negociación cuatro veces más seguido que las mujeres.
Es más, la autora del libro dijo que decidió escribirlo porque como directora del programa de doctorado de la universidad Carnegie Mellon, se dio cuenta que los estudiantes hombres siempre le estaban pidiendo cosas, desde dinero para ir a conferencias hasta la oportunidad de dictar clases, mientras que las mujeres muy rara vez pedían algo similar. Por lo que de nada sirve darle mil consejos a las mujeres sobre cómo negociar si ni siquiera lo están haciendo.
Así que si estás en el proceso de buscar trabajo o si está pensando que ha llegado el momento de pedir un aumento, recuerda siempre que debes pedir exactamente lo que quieres y sabes que te mereces. Mi papá siempre me dijo, 'no hay peor cosa que la que no se hace' y es totalmente cierto. Es decir, ¿qué es lo peor que puede pasar si pides más dinero? Lo único malo es que te digan que no y entonces te quedarías igual que antes de preguntar. Nadie te va a despedir del trabajo o retirar una oferta de trabajo porque decides negociar tu salario. Pero si no lo haces, siempre te vas a quedar con la duda de lo que pudo ser y ni hablar de la posibilidad perdida.
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Imagen via Jerry Bunkers/flickr