Lily Mae Avant, una niña de 10 años que durante el fin de semana de Labor Day había contraído la ameba que destruye las células del cerebro, o naegleria fowleri, murió tras más de una semana luchando por su vida contra este mortal parásito, según informó su escuela. La pequeña sufrió la infección al nadar en un lago cerca de Waco, Texas, y los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
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Esta ameba suele encontrarse en el sedimento del fondo de lagos de agua dulce, sobre todo en los de agua caliente que es donde la ameba suele vivir. El riesgo de infección es mínimo, pues entre 2005 y 2014, en Estados Unidos solo se han reportado 35 casos. Teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que visitan los lagos y estanques del país cada verano, la cifra no es para nada alarmante. Sin embargo, sí debes saber cómo protegerte, tanto a tí como a tu familia, de esta terrible bacteria.
Lily Avant contrajó la infección amebiana en un lago.
Su escuela anunció el triste suceso, mientras que las autoridades sanitarias no hicieron comentario alguno al no tener el permiso de la familia.
En una página de apoyo habilitada por la familia en Facebook, sí se publicó un mensaje de despedida para la pequeña: "Lily ya no sufrirá más. Está en los brazos de Jesús".
El terrible suceso en el que Lily Avant perdió la vida fue culpa de una infección que adquirió durante el fin de semana del Día del Trabajo. La niña contrajo la enfermedad al bañarse en un lago en el que se encuentra la mortífera bacteria. La misma entró en el cuerpo de la niña por la nariz y rápidamente atacó su cerebro. La menor luchó más de diez días contra la ameba, pero al final perdió la batalla.
La mortal ameba suele encontrarse en lagos y estanques.
Aunque las incidencias de este tipo de infección son bastante bajas (35 casos se registraron entre 2005 y 2014 en Estados Unidos), el peligro es latente.
Las personas que se infectan tienen una altísima probabilidad de morir. Normalmente, el promedio de vida luego de ser diagnósticado es de cinco días debido a la agresiva reacción del parásito dentro de nuestro organismo.
La ameba vive en aguas calientes, por lo que en Estados Unidos la mayoría de los casos se han dado en los estados del sur. Lagos de agua dulce, estanques o piscinas mal mantenidas (sin uso de cloro, o con poco cloro) suelen ser los hábitats favoritos de este mortal microorganismo.
El dolor de cabeza severo es el primer síntoma.
La enfermedad empieza con un serio dolor de cabeza. Luego se dan los dolores de estómago, diarrea y fiebre para después complicarse la salud con convulsiones, alucinaciones o pérdidas de balance.
Pocos pacientes han superado los 12 días de vida tras el diagnóstico. Sólo se ha reportado un caso en el cual el paciente logró salvar la vida. En total, la enfermedad ha sido diagnosticada a 121 personas en toda la historia de Estados Unidos.
¿Existe alguna esperanza de poder luchar contra esta bacteria?
Los científicos han desarrollado varios tratamientos contra la naegleria fowleri que parecen funcionar en el laboratorio, pero todavía no hay noticias de un medicamento efectivo en el ser humano.
Se debe buscar atención médica lo antes posible, sobre todo si se sienten los primeros síntomas poco tiempo después de haber nadado en un lago o en un embalse, es la única forma de intentar luchar contra esta infección.
El contacto con agua donde se encuentra el parásito no significa que se va a contraer la enfermedad.
La ameba suele introducirse en las personas por las fosas nasales. Lo recomendable es no aspirar agua si se está en un estanque o en un lago y utilizar tapones para la nariz.
Se desconocen las causas por las que unas personas se infectan y otras no al exponerse al mismo cuerpo de agua. La única manera de evitar el contagio es manteniéndose alejado de los lugares contaminados con el parásito.
Sin embargo, si vas a pasar unos días en un lago y el agua ronda los 110 grados fahrenheit se recomienda no saltar o hacer clavados al agua, no aspirar agua y no remover el sedimento del suelo del lago, que es donde suele encontrarse la ameba.