Todo sobre la meningitis bacteriana en los bebés y recién nacidos

La meningitis bacteriana es una enfermedad muy poco frecuente, pero es grave y puede ser mortal si no se trata inmediatamente. Algo que saben muy bien Ferdinando Valencia y Brenda Kellerman, quienes están sufriendo en carne propia la pesadilla en la que puede convertirse esta dolencia con su bebito Dante.

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Los recién nacidos y los bebés tienen mayor riesgo de presentar meningitis bacteriana, y en su caso los síntomas clásicos de esta enfermedad como la fiebre, el dolor de cabeza, y la rigidez del cuello pueden estar ausentes o ser difíciles de notar. Si piensas que tu bebé o tu niño tiene cualquiera de estos síntomas, llama al médico inmediatamente.

Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se calcula que cada años se detectan en Estados Unidos unos 4,100 casos de meningitis bacteriana. Si vas a ser mamá o acabas de serlo, es muy importante que estés informada y aquí te contamos todo lo necesitas saber sobre esta enfermedad.

La meningitis bacteriana en recién nacidos y bebés es muy grave y puede ser mortal.

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La meningitis es una infección del líquido que rodea a la médula espinal y al cerebro de una persona. Se trata de una enfermedad que puede ser contagiosa, es decir que puede propagarse a otras personas, aunque no lo hace con tanta facilidad como otras infecciones como el resfriado común o la gripe.

Aunque es muy poco frecuente, suele ser grave y puede ser de riesgo vital si no se trata inmediatamente. Los microbios que la causan se transmiten de persona a persona y en el caso de los recién nacidos, los más comunes son estreptococo del grupo B, Streptococcus pneumonia o Escherichia coli.

Los síntomas suelen presentarse dentro de los 3 a 7 días después de la exposición.

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Los bebés con meningitis pueden estar muy inquietos, alimentarse mal, estar muy amodorrados y somnolientos y ser muy difíciles de despertar. Pueden ser muy difícil consolarlos y tranquilizarlos, incluso cuando un adulto los lleva en brazos y los acuna. También pueden tener fiebre y áreas prominentes o abultadas en las fontanelas.

Debes estar muy pendiente de otros síntomas de la meningitis en los bebés, como ictericia, una tonalidad amarillenta en la piel y el blanco de los ojos; rigidez de cuello y de todo el cuerpo; temperatura corporal más baja de lo normal; succión débil; o llanto agudo. En ese caso, contacta de inmediato con tu pediatra y acude al hospital.

El diagnóstico es muy importante hacerlo cuanto antes para empezar el tratamiento.

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Si los médicos presumen que se trata de un posible caso de meningitis, se recolectan muestras de sangre o de líquido cefalorraquídeo y se envían al laboratorio para su análisis. Para tomar una muestra se tiene que hacer una punción lumbar en la parte inferior de la espalda de donde se extrae fácilmente. 

Es importante saber la causa específica porque ayuda a comprender cómo tratar la enfermedad y saber qué tan grave puede llegar a ser. En los casos de meningitis bacteriana, los antibióticos pueden prevenir que la enfermedad se agrave y reducen la probabilidad de que también se enfermen las personas que están en contacto cercano.

El tratamiento para la meningitis bacteriana son los antibióticos y esteroides.

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La meningitis bacteriana se trata con antibióticos que se suministran a la sangre del bebé por vía intravenosa y es muy importante comenzar el tratamiento tan pronto como sea posible. La mayoría de los casos concluyen en un plazo de siete a diez días, pero en algunas ocasiones puede ser necesario realizar el tratamiento en un hospital.

Los antibióticos actúan destruyendo la bacteria y los fragmentos de estas bacterias muertas o en vías de descomposición pueden provocar una inflamación, por lo que el doctor suele administrar también esteroides para disminuir la inflamación y reducir la presión que puede concentrarse en el cerebro, según el hospital pediátrico Stanford Children’s Health.

La prevención más eficaz contra la meningitis es estar al día con todas las vacunas.

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La manera más eficaz de protegerse y de proteger a tu bebé contra ciertos tipos de meningitis bacteriana es completar el calendario de vacunas como se recomienda, así que no dudes en consultar con tu pediatra para estar siempre al día. Pero debes tener en cuenta que las vacunas que protegen contra estas bacterias no son 100% eficaces.

En el caso de los recién nacidos, cuando la mamá está embarazada y tiene el virus que produce la meningitis bacteriana, no puede recibir ningún tipo de tratamiento. Pero el médico le puede administrar antibióticos durante el trabajo de parto, y de esta forma hay 20 veces menos de probabilidades de que el bebé presente la enfermedad.