Cuando el café se vuelve tu compañero inseparable y no puedes vivir sin él, el hábito te dañará tarde o temprano ya que aunque es delicioso, los excesos jamas serán buenos. Sus efectos pueden generarte dolor de cabeza, hipertensión, cardiopatía, estrés y una larga lista. ¡No dependas del café! Sepárate poco a poco con estos consejos que comparto.
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Elimínalo gradualmente
Los efectos al dejarlo pueden ser muy molestos porque tu cuerpo te pedirá la cafeína de la que ya depende. Dejarlo de golpe podría provocarte dolores de cabeza y aletargamiento. Si lo bebes un día sí y uno no, podrás amortiguar el síndrome de abstinencia.
Prueba con café descafeinado
En el proceso de ir eliminando gradualmente tu apego desmedido al café, consume algunas tazas sin cafeína para que tu organismo se vaya habituando a no estar estimulado todo el tiempo.
Toma mucha agua
Hidrátate a lo largo del día y sustituye los momentos que tomabas café por la toma de un vaso con agua, de esta forma engañarás a tu organismo consumiendo líquido además de mantenerlo hidratado y energetizado.
Come alimentos integrales
Hacerlo te ayudará a regular tus niveles de azúcar ya que los alimentos integrales normalizan la glucemia y esto impedirá que tu organismo tenga ansias por la cafeína.
Té de hierbas sin cafeína
Nada mejor que lo natural para remplazar la necesidad psicológica de la bebida caliente. Además de que los tés, como el de manzanilla o el té verde, tienen antioxidantes que favorecen tu salud y te ayudan a perder peso.
Ginseng
Como lo más probable es que en el proceso de dejarlo te sientas irritable, este adaptógeno orgánico te ayudará a eliminar la apatía y cambiará tu estado de ánimo aminorando el impacto en tu organismo. Puedes consumirlo en cápsulas o té.
Ejercítate
Siempre te he dicho que el ejercicio lo cura todo. Toma en cuenta que el movimiento te ayuda a eliminar las toxinas y produce endorfinas que te generarán sensación de placer y aminorarán en gran medida la ansiedad al no tomar café.
Cambia tu rutina relacionada con el café
El café forma parte de un ritual que también te genera dependencia psicológica. Todo lo que relacionas con el café debe moverse de lugar, si desayunas en la mesa de la cocina, ahora hazlo en el comedor. Modifica el hábito con todo y el entorno que te conecta con él.
