Los pequeños también viven presiones externas, solo que ellos las sienten en la escuela, con los amigos o con la familia. Para equilibrarse, necesitan aprender a expresar sus emociones. Si no lo logran, lo harán a través del cuerpo, y pueden enfermar. Estos son los padecimientos más comunes.
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Tic nervioso
Es una forma de liberar tensiones y, aunque seguramente desaparecerá con el tiempo, lo importante es descubrir la causa que lo está originando, para que aprenda a expresar en palabras lo que siente, y así saber ayudarle en la búsqueda de soluciones.
Migraña
Esa aparición brusca de un intenso dolor de cabeza –combinado con mareos, náuseas y sensibilidad a la luz– debe ser atendida de manera inmediata por un neuropediatra. Además, el niño necesita reposo y relajación, ya que podría estar viviendo algo que le produzca ansiedad.
Alergias en la piel
Existen algunas investigaciones que hablan de que el estrés causado por temas familiares, como separaciones, pérdidas, mudanzas y hasta la llegada de un nuevo hermanito, puede generar sensibilidad en su piel. La piel es su barrera entre el mundo interior y el exterior.
Asma
Ya se ha comprobado científicamente que el asma también tiene un origen emocional. Te cuento que muchos médicos coinciden en que varios de sus pacientes con asma tienen en común una profunda necesidad de amor y de protección, así como mucha inseguridad emocional.
Dolores de estómago
Son dolores abdominales agudos, y están muy relacionados con temas de separación y angustia, sobre todo cuando los niños se sienten lejos de mamá. Es una dolencia de la que se quejan muy frecuentemente los niños de entre siete y nueve añitos de edad.
Estreñimiento
Aunque la alimentación juega un papel fundamental en esto, los psicólogos infantiles han observado que la tendencia de la madre a tener conflictos con que sus hijos se ensucien al jugar o al pintar, generan cierto temor en los niños. Entonces, estos los reflejan en la incapacidad para defecar.
Gastritis infantil
Antes pensábamos que solo era posible que la padecieran los adultos, sin embargo, tus pequeños también pueden correr el riesgo de tenerla, sobre todo por temas de estrés y prisas, que impiden que los niños tengan una alimentación adecuada, y el tiempo pertinente para dedicarlo a sus comidas.
Alopecia
Cuando tu pequeño pierde trozos enteros de cabello en zonas específicas, necesitas consultar con un dermatólogo, para identificar si está pasando por periodos de ansiedad que lo lleven a tirar de su propio cabello. Esto podría ser una forma de autoagredirse, para liberar su angustia.