Conducir cuando hace demasiado calor puede ser tan peligroso como hacerlo en estado de ebriedad. Quizá te parezca impactante, y tienes razón, pero este dato, desconocido para mí hasta ahora y que me ha dejado muy sorprendida, es verdadero. El calor influye negativamente en el comportamiento y las capacidades del conductor. Aquí te cuento por qué es tan peligroso y qué puedes hacer para mitigar sus efectos.
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Efectos del calor
El calor dentro del auto induce a la fatiga y actúa como un factor potenciador de cualquier alteración o problema que pueda tener el conductor.
Aturde los sentidos
El calor disminuye la atención, la asimilación de información y la agudeza visual. Nos sentimos más lentas y pesadas.
Cansancio anticipado
El calor anticipa los síntomas del cansancio: somnolencia, irritación, calambres en las piernas y dolor en la cintura.
Calor intenso
Cuando la temperatura dentro del vehículo alcanza los 30º C se incrementan en un 20% los errores de conducción y en un 22% el tiempo de reacción.
Como si estuvieras ebria
Una investigación comprobó que con temperaturas superiores a 35º C los conductores sufren síntomas muy similares a los que tendrían con una alcoholemia de 0,5 gramos por litro de sangre.
¡Cuidado!
Las investigaciones demostraron que cuando la temperatura en el interior del auto supera los 24 º C existen mayores probabilidades de choques.
El auto al sol
Cuando un vehículo queda expuesto al sol, en los días de mucho calor, la temperatura interior puede superar entre 5º y 10º C la temperatura exterior. ¡Mejor deja tu auto a la sombra!
¿Qué hacer?
Para disminuir los efectos del calor debes mantenerte hidratada, tomando líquidos de manera regular. Mantén el auto ventilado. Trata de no ingerir alimentos pesados. Lleva ropa fresca y clara. Y detente a descansar cada tanto e intenta refrescarte y estirar un poco las piernas en cada parada.
No adelantar
Los expertos recomiendan no adelantar a otros vehículos ni realizar maniobras exigidas porque el calor altera la percepción de las distancias.
Volante firme
Tus manos al tomar el volante deben estar secas y firmes. ¡No te relajes demasiado!
Organiza tu salida
Intenta evitar los horarios de intenso calor como el mediodía y la siesta.
Detente
Si sientes cansancio o fatiga detén el auto y no continúes el recorrido.
