¿Te acuerdas de esa canción que dice: "Yo no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar, no me quiero casar"? Pues, de los tres males, parece que trabajar es el peor. A pesar de que tu jefe te diga lo contrario, laborar en exceso afecta negativamente a tu salud. Sigue leyendo y te cuento por qué ya es hora de que empaques tus maletas, y te tomes esos días de vacaciones que tienes acumulados.
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Imagen vía Corbis
Te dificulta quedar embarazada
No solo porque pierdes tiempo preciado con tu pareja, sino también porque un estudio encontró que las mujeres que trabajan más de 40 horas a la semana, y cargan cosas pesadas de forma regular, tardan más tiempo en concebir.
¿Te pasas todo el día sentada? ¡Cuidado!
Si eres de las que tiene que estar pegada a una silla todo el día, esta rutina puede provocar diabetes, obesidad, cáncer e infartos, y hasta puede causar la muerte.
Te enloquece
Literalmente, trabajar muchas horas está asociado con problemas mentales, tales como la demencia.
Aumenta la posibilidad de sufrir depresión
Imagínate estar encerrada en la oficina mientras tus amigos están viendo el partido de fútbol de tu equipo favorito. ¡Eso deprime a cualquiera! Y, la ciencia coincide conmigo, pues trabajar más de 11 horas al día incrementa el riesgo de depresión.
Te quita horas de sueño
Y, por ende, corres el riesgo de manejar mal, y hasta perder interés en la intimidad (lo cual, seguramente, no te agradará a ti ni a tu marido). Dormir poco también produce pérdida de la memoria y mal humor, y debilita el sistema inmune.
Te afecta el corazón
No solo porque te quita tiempo que podrías usar divirtiéndote o en casa con tu familia, sino porque incrementa el riesgo de sufrir infartos.
Daña la visión
Si la pantalla del computador se ha convertido en la imagen más familiar para ti, ya es hora de que cambies la rutina. Observar una pantalla por horas prolongadas causa resequedad, irritación y visión borrosa.
Te da más estrés
Para un gran porcentaje de la población, el trabajo está asociado con altos niveles de estrés. A mí me pasa, especialmente, cuando me doy cuenta de cuánto me queda de salario al final del mes.
Toda clase de dolencias
Otra consecuencia de andar sentada todo el día es el dolor de espalda y cuello que, después de un tiempo, ni siquiera los masajes pueden curar. No solo eso, trabajando como reportera conocí a una compañera que tuvo que empezar a utilizar una prótesis en la mano porque se le estaba atrofiando de tanto escribir.