¿Recuerdas esa escena de La dama y el vagabundo cuando al comer espagueti sus bocas se unen en un beso de amor y el mundo se detiene en los suspiros de ese instante?. Es lindo, pero en la realidad creo que comer pasta todos los días puede ser algo que tu cuerpo no te agradecería, por eso te paso estas estrategias para que el amor no te engorde.
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Imagen vía Corbis
Mantente en el reto de la conquista
Cuando el amor ya es estable, te puedes confiar y olvidar que en gran medida se nutre del interés de sentir el atractivo mutuo, gustarse físicamente es fundamental en el cortejo y la química ni se diga. El amor no está peleado con la apariencia física, mantén la química con tu pareja, no la pierdas.
Cuida tus hábitos
Entiendo que para ti sea prioridad el pasar tiempo con tu pareja, pero te puedes olvidar de lo importante que es conservar tus hábitos saludables como el ejercicio y la alimentación. Las palomitas que disfrutas junto a él en el cine o el helado que comen juntos pueden combinarse con momentos de alimentación adecuada.
Ejercítense juntos
Puedes crear una rutina en la que ambos compartan los beneficios de la comida saludable y el ejercicio. Propónle retos a corto plazo para que eso le de sentido al momento y lo encuentren divertido. No es lo mismo pensar en una dieta o entrenamiento eternos, que en una meta de uno o dos meses.
Cuidado con los pasatiempos calóricos
El postrecito, el cafecito, las frituras y una larga lista que seguro conoces, pueden convertirse en su pasatiempo favorito especialmente si no tienen planes para ese día, así que quizá rellenen el espacio de tiempo comiendo. Hazlo, pero sustituye con alimentos sanos, una botana de jícamas será muy distinta a una bolsa de frituras ¿no crees?
Acurrúquense en la cama y fuera de ella
Es maravilloso compartir momentos de cobijo mutuo, pero si se convierte en su rutina favorita de amor, corres el riesgo de inmovilizar el cuerpo. Ir a un parque a correr, puede ser el preámbulo a recostarse en el pasto y abrazarse después de ejercitarse. Claro, con la diferencia del movimiento que tu cuerpo te agradecerá.
No intentes comer lo mismo que él
Estar enamorada te puede fusionar con él hasta en la comida. Si intentas comer lo mismo que él y en las mismas cantidades como consecuencia de esta mimetización, es probable que los kilos comiencen a notarse. Disfruta las mariposas en el estómago comiendo lo mismo pero en menos cantidades. Es una forma de conservar tu identidad.
Olvida el helado cuando discuten
En las primeras discusiones de la relación, parece que el mundo se viene encima y el vacío que puedes experimentar te puede llevar a comer y comer. Es pura ansiedad que se genera ante la incertidumbre que aún tienen por no conocer del todo sus mutuas reacciones. Mejor escribe lo que sientes, y llena ese vacío con agua o fruta, tu barriguita te lo va a agradecer.
Haz un pacto de honestidad
Cuando el enamoramiento te lleva a volar, dejas de tocar la realidad. Mejor haz un pacto en el que ambos se comprometan a decirse con honestidad el momento en el que sientan que la apariencia física está cambiando por los excesos de comida y pónganse freno platicándolo con respeto.