8 Razones por las que tus emociones te impiden perder peso

Fuiste con un nutriólogo, mejoraste tu alimentación, ahora haces ejercicio, tomas suficiente agua, te cuidas demasiado y ¿no logras bajar de peso? ¡Ojo con tus emociones, podrían ser las culpables de tu sobrepeso!

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Imagen vía Corbis

¿De qué o de quién te proteges?

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El cuerpo es una máquina perfecta y buscará rescatarte. Si estas en un momento donde te sientes desvalida, es posible que comiences a crear capas de grasa alrededor. Identifica de qué necesitas protegerte y ataca el problema real afrontándolo.

Cuando las cuentas te sobrepasan

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Voltea hacia ti misma e identifica si estas en un momento en que tus formas de sustento corren peligro. Si es así, pon en orden tus asuntos financieros, hazte cargo de reorganizar tu dinero y comienza un nuevo plan de administración, ¡tu figura te lo va a agradecer!.

Cuando temes que algo llegue a su fin

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El miedo inconsciente a que algo termine te puede llevar a almacenar reservas en tu cuerpo y la grasa comienza a acumularse. Identifica que es lo que está por terminar en tu vida y trabaja sobre la aceptación. En la vida todo es un cambio constante, no almacenes, ¡suelta!

Cuando buscas llenar vacíos

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Si acabas de atravesar una pérdida importante en cualquier área de tu vida, es posible que sientas un hueco y quieras llenarlo con comida. Es necesario que reconozcas y encares cada emoción ante lo perdido porque no hay vacío que llenar, solo emociones que aceptar. Si no puedes sola, busca ayuda.

Cuando asocias momentos cálidos a la comida

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Si determinados alimentos te recuerdan los momentos familiares o las visitas a la casa de la tía, la amiga o la abuelita, es posible que busques sentir dicha calidez a través de la comida que pruebas cuando estas con ellos. Hazte consiente de eso y mejor evoca esas sensaciones de forma más sana.

Cuando estás muy enojada

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Si acumulas tu ira y no la expresas de forma adecuada, corres el riesgo de crear una armadura de grasa para defenderte del entorno. Checa si estas a la defensiva porque esto no ayuda en nada a tu salud, mejor baja la guardia y busca otras formas para afrontar tu situación.

Pensar: Así es mi cuerpo

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No confundas la autoaceptación con la comodidad. Si le echas la culpa a tu genética y a tu complexión, puedes dejar de hacer el esfuerzo que te toca para mantener tu salud física, además de que resulta en la perfecta justificación para no cuidarte.

Cuando criticas tu cuerpo

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Mira las partes que han acumulado peso y no las critiques, mejor háblales con cariño y pregunta a cada zona: ¿de qué necesitas protegerte? Te aseguro que tú misma irás encontrando las respuestas pero sobretodo el camino para liberarte. Si liberas la energía liberas a tu cuerpo.