Aunque el calor agota, puede ser que ésta no sea la verdadera razón de tu cansancio o falta de energía. A veces nos faltan las ganas que necesitamos para poder llevar a cabo todo lo que nos propusimos hacer en varias horas. A lo mejor es el momento de hacer algunos pequeños cambios en tu estilo de vida para conseguir grandes resultados. Fíjate si esto es lo que estás haciendo o dejando de hacer.
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No estas tomando la suficiente agua
Cuando no te hidratas lo suficiente, el volumen de la sangre se pone más delgado. Esto reduce la velocidad en la que el oxígeno y los nutrientes llegan a los músculos y los órganos causándote agotamiento. Agrégale unas rodajas de limón a tu agua para darle un rico sabor y así consumir más diariamente.
Sueles ser perfeccionista
Por eso nunca terminas de trabajar o de hacer tus actividades. De acuerdo con los especialistas ,cuando eres perfeccionista sueles ponerte metas que no son realistas o imposibles de realizar. Es importante que te pongas un límite y lo respetes porque de lo contrario vas a estar cansada todo el tiempo.
Te olvidaste de desayunar
La comida es la gasolina de tu cuerpo, cuando no comes te va a sentir un poco más lenta y no estás estimulándo tu metabolismo. Una porción de avena o granola con yogurt griego o leche de almendra y frutas son una buena forma de comenzar tu día con energía.
Eres amiga de la comida chatarra
Como vives tan ocupada, comes lo que primero se te atraviesa, cosas como donuts o pasteliltos. Esto ocasiona un aumento en los niveles de azúcar. Cuando no los comes, estos vuelven a la normalidad. Los saltos en los niveles de azúcar te provocan cansancio, por eso es importante que tengas una dieta rica en proteínas, frutas y vegetales.
Te cuesta decir que "NO"
Aunque es difícil decir que "NO", es importante que aprendas a hacerlo porque si eres de las que complace a todo el mundo a expensas de tu felicicidad y tu energía, vas a vivir cansada todo el tiempo.
Llevas el trabajo a todas partes
Cuando no lo llevas a casa los fines de semana, lo llevas a tus vacaciones. Esto no te hace más productiva, todo lo contrario. Cuando te desconectas por completo del trabajo, tienes la oportunidad de refrescar tu mente, alimentarla, lo que te va a dar más creatividad y productividad al regresar a tus labores.
Estás tomando más de una copita
Según los neurólogos, el consumo de alcohol puede llegar a afectar tu calidad del sueño; por eso es que a veces te despiertas a media noche tras unas copas. Lo ideal es que dejes de tomar unas tres antes de irte a dormir para que logres un sueño recuperador y te levantes sin cansancio al día siguiente.
Esperas que el café te de energía
Si estás comenzando y terminando tu día con una taza de café es muy probable que tu sueño se vea afectado. Un estudio reveló que tres tazas al día son suficientes. También si quieres tener una buena noche debes dejar el café a un lado unas seis horas antes de irte a dormir.
Te trasnochas mucho los fines de semana
Por eso cuando llega el lunes solo quieres seguir durmiendo así sea en el escritorio. Los especialistas recomiendan que es mejor tratar de despertar el domingo a una hora similar a la que te despiertas entre semana y tomes una siesta en la tarde de unos 20 minutos, para nivelarte.
Tienes anemia
Ésta puede ser una de las principales razones por las que estás cansada todo el tiempo. La anemia ocurre cuando la sangre no tiene los suficientes glóbulos rojos para transportar el oxígeno a los tejidos y los órganos. Las mujeres tenemos más tendencia a sufrirla, muchas veces los periodos abundantes, entre otras causas, pueden ser la razón.
Tienes Síndrome de Fatiga Crónica
Es una enfermedad que causa dolores musculares, dolor de cabeza, irritabilidad, confusión, y fatiga extrema. A veces los síntomas pueden durar seis meses o más y pueden ser tan intensos que no permiten desarrollar las actividades cotidianas. Es importante que vayas al médico pronto si tienes todos estos síntomas para tratar el padecimiento.
Puedes tener depresión
Según los médicos, la depresión no solo causa malestar emocional sino que también puede tener síntomas físicos como cansancio, dolores de cabeza, o pérdida de apetito. Si llevas más de dos semanas con estas molestias es hora de que vayas al médico, no esperes más.