¿Te has fijado que cuando un hombre y una mujer hacen dieta, digamos, la misma dieta para perder peso, al cabo de un mes, el hombre ha perdido por lo menos 8 libras y una talla, mientras nosotras estamos frustradas porque si acaso hemos perdido unas onzas y lo peor es que le hemos amargado la vida a todo el que nos rodea? Así es la vida: cruel e injusta…¡con nosotras las mujeres! Pero sigue leyendo para que veas qué hacen ellos que les permite adelgazar más fácilmente.
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Mira esta lista de cosas que hacen los hombres y que les permite seguir una dieta sin tanto estrés y con mejores resultados:
Tienen expectativas razonables. Cuando la mujeres hacemos dieta, lo primero que esperamos es tener el vientre plano, sin tener en cuenta que muy probablemente nunca lo tuvimos (entre otras cosas porque en el caso particular de las latinas somos chaparritas y hasta regordetas por naturaleza). Cuando los hombres hacen dieta, se proponen algo sencillo, como por ejemplo, poder ponerse una chaqueta o un pantalón. No se plantean parecerse a William Levy o a Enrique Iglesias. Así que no hagamos dieta pensando que seremos la próxima J.Lo porque con eso sólo nos estaremos comprando todos los tiquetes de la rifa de la infelicidad.
Se fijan metas realistas. Cuando hacen dieta, los hombres se fijan metas alcanzables y que no dependen de los demás. Si quieren perder unas cuantas libras, pero no pierden todas las que hubieran querido, se sienten satisfechos, ven la mejora y siguen adelante. Nosotras, en cambio, nos ponemos metas inalcanzables y además se lo decimos a todo el mundo. Encima nos deprimimos y frustramos cuando no logramos el objetivo final a las primeras de cambio.
Son extremadamente competitivos. Juegan basquetbol. Corren media maratones. Compiten para ver quién toma más cerveza o come más perro calientes. Con la misma y sin decirle nada a nadie se proponen perder peso y lo logran con sólo competir contra ellos mismos.
Hacen dietas razonables y basadas en el sentido común. Adoran la cerveza, por citar un ejemplo, y les encanta una dona, mejor dicho cuando se comen una dona, no pueden parar de comer. Si deciden hacer dieta, cortan la cerveza por unas semanas y deciden no comer donas por un tiempo. Ya con eso, se quitan la mitad de las libras y hasta se dan el gusto de comer nachos y uno que otro dulcito. Nosotras en cambio, hacemos unas dietas tan restrictivas y llenas de privaciones que son imposibles de cumplir.
Su cuerpo es diferente al de las mujeres. Además de la diferencia en los órganos del aparto reproductor masculino y femenino, los hombres son sustancialmente diferentes a nosotras: tienen mayor masa muscular que nosotras y una estructura ósea más pesada y fuerte. Nuestro cuerpo en cambio, esta diseñado para gestar y parir y el tejido adiposo es mucho más abundante en la silueta femenina.
Nos tienen a nosotras para darles apoyo. Cuando un hombre hace dieta, tiene a la esposa, novia o mamá como parte de su sistema de apoyo, aupándolos, esperándolos con el pescadito a la parrilla con ensalada para la cena. Creo que lo mínimo que pudiéramos pedir es el mismo apoyo cuando seamos nosotras las que queramos perder peso.
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