Si eres de las que comes aun después de sentirte satisfecha, te sirves una porción más grande de la que necesitas, no puedes evitar pasar por la feria de comida en el mall, o si al llegar a tu casa del trabajo no puedes evitar meterte a la boca lo primero que encuentres, no te preocupes que no estás sola. Las conductas que acabo de describir son más o menos "universales" en nuestro país. Sigue leyendo que más abajo te explico por qué y te doy también nueve tips para controlar tu apetito.
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Mira la galería de fotos para que veas qué es lo que te está impidiendo que no puedas dejar de comer y cómo puedes controlar tu apetito insaciable.
Imagen vía Thinkstock
La culpa es del kétchup
Nadie se puede resistir a una papas fritas con kétchup. Pues te cuento que la combinación es letal: las papas y el kétchup tienen azúcar, el aceite es eso: grasa y encima tiene sal. Combinados, estos tres ingredientes hacen que no puedas dejar de comer, que siempre quieras más y que nunca te sacies.
Solución
Sigue la siguiente estrategia: come cada tres o cuatro horas, y ten siempre a mano snacks saludables como palitos de zanahoria, brócoli, manzanas que te puedas llevar a la boca cuando te ataque el hambre.
Comida en capas
¿Haz notado que ahora todo es por capas? Una capa de nachos, otra de frijoles, otra de pico de gallo, otra de crema de leche, otra de queso.
Solución
Opta por comer "simple". Fíjate en este plato de salmón a la parrilla con ensalada. Más "limpio" imposible.
Porciones descomunales
No hay restaurant en este país (salvo aquellos que sirven la llamada cocina "molecular"), que no sirva unas porciones descomunales. Frente a platos de esas dimensiones, lo normal es que todas comamos demás.
Solución
Sal a comer con esta estrategia en mente: pide que te traigan un plato aparte y allí sirves la mitad, es decir, lo que te vas a comer en ese momento. De inmediato le pides al mesonero que te ponga el resto para llevar. De esta forma de una sola comida, sacas dos.
El terror de las súper tiendas
Cuando vas a comprar comida, vas a las súper tiendas donde hay de todo, lo que necesitas y lo que no necesitas también incluyendo galletas, chips, enlatados, helados, dulces, pasteles.
Solución
Haz la compra con una lista y cíñete a ella. Así además de comer menos, ahorrarás una fortuna.
La "perdición" de las ferias de comida
Vas al mall a comprarte un sujetador y te vas directo a la feria de comida. Y ahí empieza el drama: te debates entre pizza, hamburguesas y toda clase de fritangas. Por si fuera poco, las porciones son gigantes.
Solución
Sigue la siguiente estrategia: come algo en tu casa antes de ir al mall, una manzana por ejemplo. Ten en tu bolso una botellita de agua y una fruta. Y lo más importante: ve directo a la tienda donde vas a comprar tu bra.
Directo al refri
Llegas a tu casa y lo que te provoca es comerte un helado. Vas directo al refri y con la cantidad de azúcar, en lugar de saciarte, el cuerpo te pide más y comienza de nuevo el círculo vicioso.
Solución
El cuerpo humano necesita 100 calorías por hora funcionar correctamente. Si llegas a tu casa con hambre, y tienes que hacer la cena o vas a salir a cenar, entonces cómete algo que tenga sólo 100 calorías: un yogurt, un licuado pequeño, un té con limón y miel.
Tragas sin masticar
Cada día masticamos menos. Pero no porque no queramos, sino porque la comida es cada día más procesada: todo viene molido, en polvo, picadito, cortadito y preparado de forma que es muy fácil tragar sin masticar. Eso hace que la comida desaparezca del plato y tu cerebro ni se entere de que comiste.
Solución
Mastica, mastica, mastica. Come alimentos ricos en fibra como el brócoli, apio, zanahoria y opta siempre por arroz integral y harinas y panes integrales.
Compras en tiendas de conveniencia
¡La perdición! Lo primero que vez son Tostitos, Doritos, nachos, nachos con sabor a queso, nachos con sabor a salsa ranch, papas fritas, chips de papas con sabor a BBQ, platanitos y en fin: todo lo que es divino y engorda.
Solución
Ten siempre una naranja, mandarina, manzana o unas almendras tostadas en tu bolso y ya sea que tengas el hábito de pasar por la tienda de conveniencia cuando vas a llenar el tanque del auto, o cuando vas con los niños al parque, no compres nada que no sea una banana o un yogurt de dieta.
La tentación de los caramelos
Eres de las que siempre tiene un "dulcito" guardado en la gaveta de tu escritorio o de tu mesita de noche. Sea que te quedaron de San Valentín o de Halloween tu cuerpo no necesita esa cantidad de azúcar, que lo único que hace es que quieras más y más azúcar.
Solución
Evita la tentación y no tengas a mano nada de caramelos ni chocolates. Nadie dice que no te des un gusto de vez en cuando. Pero no tenerlos a mano te ayuda a controlarte.