Aunque parezca increíble, cositas tan pequeñas como el calzado que usamos todos los días o la manera en la que nos sentamos afectan la salud de nuestro cuerpo –empezando con los dolores de cabeza-. ¡Te sorprenderá saber que tus propios hábitos pueden ser los causantes!
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Pero tranquila que aliviar un dolor de cabeza resulta sencillo si conoces el motivo de raíz.
Imagen vía Corbis Images
Indigestión
Los problemas digestivos –incluyendo indigestión, azúcar baja, estreñimiento o deficiencias nutricionales- pueden ocasionar dolores de cabeza que, si bien no llegan a ser tan fuertes, resultan constantes y molestos. Asegúrate de incluir más fibra en tu dieta y consumir tés o infusiones que promuevan la actividad intestinal.
Alergias
Los expertos médicos aseguran que el 90% de las alergias están relacionadas con las migrañas… y no sólo por lo obvio: detallitos menores como colorantes en la comida, preservativos o aditivos hacen que el dolor de cabeza esté presente. De hecho los lácteos –por más que los ame—resultan una de las principales causas en jaquecas fuertes. Yo como tú probara poquito a poco: deja de consumir un alimento al tiempo a ver qué es lo que realmente te afecte.
Problemas dentales
Malos hábitos dentales, problemas en las encías, infecciones o rellenos puede “cortar” la circulación que va hasta el cerebro, causando que los vasos sanguíneos se contraigan. No por nada los dolores de muela, por ejemplo, van acompañados de dolores de cabeza. Para aliviar la molestia mientras vas al médico, coloca un puñadito de clavos de olor en el diente afectado. ¡Verás que es buenísimo!
Mala postura
¡Tú abuelita tenía razón! La mala postura, los tacones altos, dormir en almohadas muy suaves y hasta horas y horas delante del monitor afectan el estado de tu cuerpo a la larga. Y es que la presión que forma en tus músculos y huesos es tal, que puedes terminar con un dolor de cabeza de los mil demonios. Trata de, al menos, de estirarte un par de veces al día para aliviar la tensión.
Estrés
El enemigo número uno de la buena salud también tiene otro efecto secundario: el dolor de cabeza. El estrés, que normalmente se lleva en el cuello, la nuca y los hombros, puede causar tensión crónica y jaquecas. Si le sumamos que las preocupaciones y la presión de los problemas no te deja en paz, entonces estás en camino a una migraña perenne. Dale una oportunidad al yoga, masajes o a la meditación… recuerda, ¡lo que no sirve se bota!
Medio ambiente
Hay personas más sensibles que otras cuando de olores o ruidos se trata. Desde el polen hasta el humo de cigarrillos, pesticidas, detergentes o sustancias químicas de construcción tienen el poder de tensionarte los músculos causando –adivinaste—dolor de cabeza. Si bien es cierto que no puedes parar el mundo, trata de relajarte, colocar plantas y tomar infusiones que mantengan tu cuerpo y tu mente en calma.
