Sientes que no tienes energía para levantarte por la mañana y comenzar el día. Te la pasas bostezando y siempre estás lista para tomar una siesta después del almuerzo mientras tus compañeras están activas. Básicamente estás sufriendo de cansancio crónico y el ejercicio es algo que necesitas. Sigue estos consejos para cambiar tu rutina diaria para que tengas más energía y vigor durante el día.
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1. Estás deshidratada: El agua es la gasolina del organismo. Aunque creas que tomas una cantidad de agua "normal" durante el día, lo más probable es que no sea suficiente. No hay límite en la cantidad de fluidos que se deben tomar al día, pero si te sientes cansada es porque no has tomado lo suficiente. Cuando te sientas a punto de colapsar tómate un vaso del líquido maravilloso para recargar las baterías.
2. Necesitas hierro: ¿Recuerdas cuándo eras pequeña y te la pasabas acostada viendo televisión tu mamá te decía que tenías anemia? Hay mucha verdad en esa frase. La gran mayoría de las personas tenemos una deficiencia de hierro. El mineral es responsable de mandar oxígeno a la sangre y prevenir dicha enfermedad. El problema es que se encuentra mayormente concentrado en las carnes rojas y hay poca gente que las consume. Si la comes poco, asegúrate de tomar vitamina C para que el organismo absorba más el hierro.
3. No tomas desayuno: Como ya saben, el desayuno es el alimento más importante del día. Es necesario para encender el motor del organismo y llenarnos de energía. Créeme que una taza de café sola no califica como desayuno. Empieza tu día con un huevo ya que es rico en hierro para transformar tu día y volverte eficiente. La mantequilla de maní también es ideal si quieres tener más energía porque está llena de proteína.
4. Comes mucha azúcar: Este punto es como jugar al gato y al ratón. Cuando uno está cansado el organismo le pide azúcar para subir la glucosa, pero minutos después de consumirla los niveles bajan al piso. Si vas a consumir algo dulce durante el día acompáñalo con una proteína o un grano para que no afecte tanto al organismo. No comas harinas blancas ni carbohidratos simples porque se convierten en azúcar. Tampoco almuerces con comidas rápidas en horas de oficina.
Imagen vía Thinkstock