Si de verdad nuestras vulvas y vaginas fueran tan feas ¿por qué tanta obsesión con ellas? Hemos crecido llenas de prejuicios, tabúes y con la autoestima por el suelo gracias a la cultura conservadora con las que se nos ha criaco.
Y yo me pregunto si es que ¿existe algo así como una "vagina normal"? Me refiero a un estándar en cuanto a apariencia, olor, forma o tamaño. Y me late que lo que tenemos es un vacío enorme de información sobre esta parte tan importante de nuestro cuerpo de la que nadie parece querer hablar. Por lo mismo hoy voy a referirme a los 7 mitos y verdades más importantes sobre la vagina.
Lee más en ¿Qué más?: MIRA la cara que ponen estas mujeres cuando se ven por primera vez la vagina
Para quienes quieren saber qué es lo normal, y gracias a la ayuda de los expertos, me propongo desmitificar lo que nos han hecho creer sobre esta parte de nuestro cuerpo.
1. No hay dos vaginas iguales. Cada mujer es única: tiene ojos, cabellos, piel, facciones características. Con la vagina ocurre lo mismo. No hay tal cosa como la vagina ideal o perfecta. Es más, hay circunstancias como la maternidad, la edad y el estado de salud, que determinan la apariencia de la vulva y de la vagina. Así que no importa cómo luzcas allá abajo, esa eres tú, por tanto es una belleza y no se hable más del asunto.
2. Las secreciones vaginales son normales. Siempre que no tengan un olor desagradable, es normal tener flujo vaginal. Este se incrementa justo antes de la ovulación, tiene aspecto de clara de huevo y no hay nada anormal en ello. Después de la ovulación pero antes de la regla, las secreciones disminuyen en volumen pero suelen ser más espesas.
3. La vagina se estira con los partos. Esa es la pura verdad. La vagina es sumamente elástica y durante el parto se estira. Pero eso no quiere decir que pierdas sensibilidad o que pierda sus funciones. En todo caso, si haces los ejercicios Kegel a diario, fortalecerás los músculos vaginales.
4. Lo que comes puede alterar el sabor de vagina. El melón y la piña, por ejemplo, contribuyen a que el sabor sea más dulce, y aunque no nos han dicho con cuanta anticipación hay que comer la fruta para que los resultados sean notorios, me atrevo a recomendar que comamos piña y melón con regularidad. Por el contrario, la carne no ayuda mucho y el alcohol empeora el sabor, así que guerra avisada…
5. Las duchas vaginales alteran la flora vaginal. Eso es tan cierto como que uno más uno son dos. Y eso es así porque las duchas suelen ser ácidas. Al alterar sustancialmente el pH de la vagina, se aumenta el riesgo de contraer infecciones. Así que yo estas duchas las evito. Si acaso vas a usarlas, trata de que sea muy esporádicamente.
6. Tampones y condones sí pueden extraviarse en la vagina. Si se te olvida desechar un tampón durante tu regla y tienes intimidad, es probable que el tampón se "pierda" en la vagina y ocasione un mal olor. Una vez que el tampón es expulsado, el olor debería desaparecer. También se han visto caso de condones que se quedan por allá adentro.
7. La resequedad vaginal se combate con un preámbulo más largo a la hora de la intimidad. La resequedad de la vagina suele ser un problema en la menopausia. Pero a menos que tengas una condición, la lubricación es algo natural. Si tienes problemas en este sentido habla con tu médico.
Imagen vía Thinkstock