A todos nos han enseñado que hay ciertos hábitos que no deberíamos tener, ya sea morderse las uñas o decir demasiadas malas palabras… o las dos cosas, si eres como yo. Pero tengo una buena noticia para todas mis compañeras malhabladas. Aunque haya quien considere que decir groserías es malo, un nuevo estudio ha encontrado que en realidad puede ser ¡bueno para tu salud!
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Psicólogos de la Universidad de Keele, Inglaterra, recientemente encontraron que decir groserías en realidad puede ayudar a que la gente se sienta más fuerte ¿Cómo? Actúa como una descarga emocional. Así que, básicamente, las personas lo utilizan como un mecanismo de defensa cuando enfrentan demasiada presión o estrés. Bueno, eso te lo podría haber dicho yo.
Eso no quiere decir que deberías comenzar a decir groserías al azar, en momentos inadecuados ¡Hasta yo cuido lo que digo delante de mi abuela! Pero tal vez no sea tan terrible como tus padres te hicieron ver.
Y ese no es el único mal hábito que tiene algunos beneficios sorprendentes. Echa un vistazo más abajo:
Imagen via Corbis
Morderse las uñas
Morderte las uñas podría exponerte a más bichos, lo cual suena mal, pero en realidad puede ser bueno. A mayor exposición mejor será la capacidad de tu sistema inmunológico para luchar contra ellos. Es la misma lógica que funciona para las personas que usan demasiado desinfectante para las manos, lo cual en realidad puede tener un impacto negativo sobre el sistema inmunológico.
Comer en la cama
Contrariamente a lo que todo los padres les dicen a sus hijos, comer en la cama puede en realidad ayudar a la digestión. ¿Por qué? Bueno, mientras más relajada estés cuando comes, mejor será la digestión. Comer estresada o apurada podría interferir con el proceso digestivo y hacer que termines con dolor o hinchada.
Sonarse los nudillos
Aunque antes se creía que sonarse (o tronarse) los nudillos podía causar artritis, estudios recientes han demostrado que en realidad las articulaciones de las personas con este hábito son tan saludables como las articulaciones de las personas no lo tienen. De hecho, el sonárselas puede hacer que las articulaciones de los dedos se sientan más flexibles.
Eructar
Un eructo puede parecer un poco desagradable, pero en realidad puede ayudar a proteger tu cuerpo del daño causado por el ácido del estómago. De hecho, reprimirlos puede afectar la digestión y causar problemas.
Escupir
Escupir mientras ejercitas puede, de hecho, ayudarte a respirar mejor. Dado que tendemos a inhalar profundamente mientras ejercitamos, las células en la parte posterior de la garganta forman una capa de saliva para protegerla contra el aire frío. Si se acumula, puede interferir con los patrones de respiración.
