
Leighton Sanders es una guerrera. Tiene apenas ocho semanas de nacida y está batallando por su vida en el Hospital de Niños de Seattle, en Washington. Su mamá la llevó al médico porque notó que tenía el abdomen inflamado. En realidad no tenía ningún otro síntoma. Por eso Keenan Sanders pensó que podía ser una indigestión y quiso que la viera el pediatra. Pero lo que encontraron los médicos luego de hacerla una radiografía a la bebita fue algo indescriptible.
Lee más en ¿Qué más?: Milagro: Médicos separa exitosamente a dos gemelitas siamesas
Los rayos x mostraron un tumor enorme en el abdomen de Leighton. Decidieron que operarían, pero que esperarían a que la niña creciera un poco más. Sin embargo, terminaron operando de emergencia porque la masa que tenía el tamaño de una pelota de softball creció al tamaño de un melón cantalupo en apenas días.
¡Dios! No me imagino el malestar de esta criaturita y la angustia de su mamá y también del equipo médico que la estaba tratando. La operación mediante la cual le extrajeron a Leighton el gigantesco tumor que pesó unas tres libras, duró 12 horas. La bebita entró a la mesa de operaciones pesando más de ocho libras y al término de la cirugía pesaba apenas cinco. Pero eso no fue lo peor.
Junto con el tumor, los médicos tuvieron que remover la vesícula biliar, el intestino, y partes de su estómago y el páncreas, que había sido dañados por el masivo tumor. Después de la operación Leighton ha comenzado a recuperarse, pero su mamá y su papá no se separan de su lado. Todas las esperanzas están cifradas en que la bebecita gane peso para que comience a fortalecerse.
Su mamá dice que mientras haya esperanza, de ahí se cuelga. Cuando decidieron operar a la niña los médicos sospecharon que se trataba de cáncer. La buena noticia es que sólo 5% del tumor era canceroso. Ahora no creen que la chiquita tenga cáncer en su cuerpecito porque removieron 99% de la masa tumoral.
Sin embargo, la condición de la niña es poco menos que delicada. Imagínate: le removieron buena parte de los órganos de su sistema digestivo. De entrada hay que volver operarla para cerrar la herida en su abdomen y también para crear un sistema de drenaje que haga las veces del tracto digestivo que le fue removido. Posteriormente, lo más probable es que requiera un trasplante de órganos múltiple.
Leighton pelea por su vida y yo elevo mis oraciones porque supere esta difícil etapa, con el favor de Dios, los avances de la ciencia médica y el amor de su mamá.
Imagen vía ABC News