Una mujer de 33 años sufre una rara enfermedad que no sólo la tiene postrada en la cama, atada a una máscara de oxígeno para poder respirar, sino que está deformando paulatinamente sus músculos, convirtiéndola prácticamente en una estatua viviente. ¡Qué espantoso!
La madre de tres hijos sufre algo llamado Síndrome de Persona Rígida, que le da a una de entre un millón de personas, y no se imaginan lo que ha sufrido desde el año 2011 cuando la enfermedad le fue diagnosticada. La pobre se las ha visto negras, y lo más triste es que se trata de una bailarina con ganas de triunfar.
Conoce su extraño y doloroso caso…
Lee más en ¿Qué más?: Esta vitamina es esencial para la perdida de peso
Para Lindsay Clarke, las cosas tomaron otro sentido desde hace tres años, cuando le fue detectada una condición que muy pocas personas en el mundo conocen. Su vida se ha visto amenazada, mientras sufre de intensos dolores en su cuerpo, que se va endureciendo con el tiempo debido a la fuerte contracción muscular ¡Pobrecita!
Lo peor es que el síndrome de origen neurológico no tiene cura, por lo que la mujer quien era joven y enérgica, posiblemente tenga que llevar la cruz de su mal por el resto de sus días.
"Yo era activa, saludable y ambiciosa pero casi siempre durante la noche me sentía vencida por el cansancio y rara vez podía poner mi cabeza en la almohada" explica Clarke, a quien los espasmos le afectaban desde las piernas hacia el resto de su organismo, incluyendo cara, cerebro y sistema respiratorio ¡Qué pesar!
En sus fotos se evidencia el dolor que comúnmente la aqueja, agonizando en una cama mientras intenta sobrellevarlo. Le ha costado lo que más ama, como lo es su profesión y poder compartir con sus hijos: Olivia-Beth de 12 años, Mollie-Jai de 7 y Dylan, de 4 añitos. Lamentablemente ya no tiene fuerzas suficientes para cuidarlos, pues se ha convertido en esclava de su salud.
"Combatir la enfermedad es como pelear con un fantasma" asegura, y es tan raro lo que tiene que hasta los médicos estaban confundidos al principio. Le diagnosticaron depresión post natal, fibromialgia, fatiga crónica y hasta lupus ¡Imagínense!
Gracias a Dios Clarke cuenta con un esposo amoroso que se dedica a ella y los tres niños, al punto de haber dejado su trabajo para atenderlos. Sin embargo, me aflige mucho saber que sus hijos crecen sin que ella pueda ser parte de su cotidianidad. Tiene que conformarse con mirarlos a distancia, como la mujer afirma.
Su única esperanza de mejoría es viajar a países donde se ofrece tratamiento para su síndrome, como Canadá, Australia y Colorado en Estados Unidos, así sea en costosas clínicas privadas. "Estoy sufriendo en silencio y lentamente muriendo" afirma la dama, quien está dispuesta a todo con tal de hacerse escuchar.
Ojalá siga luchando hasta el final, por su salvación y la de su hermosa familia.
Imagen vía Corbis Images