Acaba con esa odiosa grasita gracias a la dieta de las hormonas

Feliz como estoy con todas las libras que me quité y con el peso y talla que he logrado mantener en los últimos tres meses, confieso que ando medio compungida. Muy talla 2 y todo, hay vestidos y camisas que no me gusta como se me ven en la espalda, justo en la línea del sostén. Como no me gusta nada que se me marque, opté por comprarme unos bra que no se marquen.

Mi mamá diría que el cuerpo cambia con la maternidad y los años. Y aunque sé que tiene razón, no me resigno. Decidí volver a nadar y buscaré en el gimnasio qué ejercicio hacer para fortalecer los músculos dorsales. Para mayor felicidad, hoy encontré este artículo que habla de lo mucho que sufrimos con esas zonas del cuerpo donde acumulamos esa odiosa grasita que a pesar de la dieta no logramos eliminar. Sigue leyendo para que veas de lo que se trata.

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Investigaciones recientes dan cuenta de que tanto como el estilo de vida, lo que comemos y cuán estresadas estemos, las hormonas también hacen lo suyo cuando se trata de la acumulación de grasa en áreas críticas de nuestro cuerpo.

Max Tomlinson, médico naturópata y autor del libro Target your Fat Spots (Apunta al área de la grasa), quien ha tratado a sus pacientes según sus niveles hormonales, resume de la siguiente forma la relación entre hormonas y grasa en el cuerpo femenino:

Las mujeres con altos niveles de estrógeno, acumulan más grasa en los muslos y nalgas, y es por eso que quienes toman píldoras anticonceptivas tienen que comer menos y ejercitarse para evitar aumentar de peso.

Si lo tuyo en un abdomen prominente y flácido, tal vez el problema sea exceso de cortisol, la hormona relacionada con el estrés y que en situaciones estresantes aumenta los niveles de azúcar y grasa en la sangre. Si este es tu caso, lo recomendable es que combines ejercicios como correr y yoga que ambos ayudan a liberar estrés, pero no por más de 45 minutos diarios, con una dieta que incluya avena y meriendas. Es preferible comer un poco cada tres horas.

Si sufres por esa grasita debajo de los brazos y por lo mismo evitas la ropa sin mangas o los tops de tiritas, tal vez el problema sean tus niveles de testosterona, que aunque es la hormona de la sexualidad masculina, también producimos las mujeres y es necesaria para tener los músculos definidos y tonificados.  Si este es tu caso, puedes compensar haciendo ejercicios (que hacen que produzcas testosterona naturalmente), y comiendo una dieta rica en salmón y aguacate. Así mismo te puedes ayudar con una copita diaria de vino tinto y con la ingesta de alimentos ricos en flavonoides como las semillas de linaza, las fresas, las cebolla, los derivados de la soja como el tofu y el nunca bien ponderado té verde.

Las que como yo tenemos esa __grasita odiosa en la espald__a y en la línea del sostén, probablemente tengamos deficiencia de tiroxina, que es la hormona que produce la glándula tiroidea y es la que controla cuántas calorías quemamos. Previa visita al médico endocrino, el problemita podría resolverse con pastillas de tiroxina y también aumentando el consumo de frutos del mar, pescados y espinacas.

Si tu problema es que cuando te abotonas los jeans te queda una yanta de grasa en el abdomen y cintura, tal vez estés produciendo mucha insulina, que es la hormona que regula el azúcar en la sangre. En este caso hay que tener cuidado con el consumo de azúcares, harinas refinadas y sustituir por granos integrales y alimentos menos procesados.

En el caso de las piernas regordetas, podría atribuirse a un desbalance en la producción de la hormona del crecimiento. Como esta hormona es producida básicamente cuando dormimos, es importante que cuides tu sueño, tus horas de sueño y que tu habitación sea un remanso de paz que te permita no sólo conciliar el sueño sino descansar mientras duermes profundamente.

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