Una mujer taiwanesa, de 48 años de edad, descubrió que tenía algo cómodamente instalado en su oído, después de sufrir un dolor en esa área. Tras un día entero de padecimiento, fue al hospital y, al quitarle el audífono que suele usar, encontraron el órgano lleno de las descargas del huésped. Sí, es espeluznante. Y deja que sepas de qué se trata…
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Los médicos del Hospital General Tri-Service, en Taipei, examinaron el oído de la paciente para saber qué le estaba produciendo intensos dolores desde hacía 24 horas. Como parte del procedimiento, le retiraron el audífono que acostumbra usar y se quedaron de piedra al ver aquel oído ocupado una larva de la mosca de la fruta, un gusano, que se movía dulcemente como quien disfruta la suite de un hotel de lujo.
Si esto fuera poco, el huésped no invitado había dejado el lugar hecho un desastre con sus secreciones sanguinolentas. Como para echarlo a patadas.
En vez de eso, los doctores procedieron como establece el protocolo, le retiraron el gusano a la mujer y le recetaron antibióticos.
El insecto tenía por lo menos un día mudado al oído de la pobre taiwanesa cuyo órgano, al parecer, se ha insensibilizado un poco de tanto tener un aparato metido allí.
Además, el dispositivo hace que el oído sea más cálido de lo normal, lo que convirtió el lugar en un hogar de lo más atractivo para la larva, que no dudó en acomodarse.
El dolor de oído desapareció, pero la paciente tuvo que aguantar que los médicos filmaran su interior, donde se revolvía el asqueroso huésped.
No es, por cierto, el único caso, Ni el peor. Una mujer británica regresó de sus vacaciones en Perú con terribles dolores de cabeza. Una vez revisada, resultó que se había un grupito de polizontes: ocho gusanos se daban la gran vida en su oído. Los había traído como souvenir en forma de huevos de la mosca del Nuevo Mundo.
Son, como se ve, criaturas de tierra caliente.
Images viaThinkstock/The New England Journal of Medicine