Si alguna vez te has preguntado cuál es la dieta más eficiente para perder peso, entre una que elimine el azúcar y otra que signifique renunciar a las grasas, sigue leyendo amiga que este post es contigo. Dos gemelos idénticos, médicos para más señas, decidieron hacer un experimento cuyos resultados son lo último que hubiéramos esperado, y quizá sea la respuesta a nuestra eterna pregunta de ¿por qué tantas dietas fracasan?
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Los gemelos en cuestión son Alexander y Chris Van Tulleken. Son gemelos idénticos. Y en este experimento uno, Alex, abandonó el azúcar y los carbohidratos, y el otro, Chris, renunció a la grasa. Lo que demostraron podría, de verdad cambiar, nuestras vidas.
Alex siempre fue un hombre bien delgado. En sus años mozos pesaba unas 133 libras, pero cuando se vino de su Inglaterra natal a vivir en Estados Unidos, se volvió más sedentario y terminó pesando ¡245 libras! Chris, su gemelo, quien permaneció en el Reino Unido, se mantuvo alrededor de las 175 libras. Es decir que Alex se transformó en una copia obesa de Chris.
Lo interesante de que este par sean gemelos idénticos es que no se le podía echar la culpa del exceso de peso de Alex a factores genéticos, porque los dos tienen exactamente los mismos genes. Es decir, la diferencia de peso entre estos dos hermanos sólo se explica por la diferencia en la dieta.
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Aunque los dos son médicos y Alex tiene además un postgrado en salud pública, ninguno de los dos estaba claro en qué había que hacer para perder peso. Fue cuando se pusieron creativos y decidieron hacer el experimento que nos ocupa para ver cómo funcionan las dietas.
Cuando Alex hizo la dieta sin hidratos de carbono y Chris la dieta sin grasa, ambos podían comer las cantidades que quisieran. Los dos hacían la misma cantidad de ejercicios. Es decir: cualquier cambio en su peso sólo estuvo determinado por la dieta.
Alex descubrió que cuando eliminas los carbohidratos de las comidas, comer puede ser muy triste. También constató que si eliminas las frutas y verduras (que contienen hidratos de carbono) terminas estreñido. Y aunque nunca tenía hambre, pues se sentía lento cansado y su respiración era terrible.
Pero a Chris tampoco le fue muy bien con su dieta que le limitaba el consumo de grasa a 2%. Nunca se sintió lleno, así que andaba buscando que picar constantemente. Lo peor era el aburrimiento en que se convirtieron sus comidas.
Pareciera que la razón por la que engordamos es porque comemos demasiado y no somos suficientemente activos, pero lo que demostró el experimento de estos hermanos es que ciertamente tenemos que repensar nuestra relación con los carbohidratos y las grasas.
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Por mucho tiempo creímos que las grasas eran malas de por sí, de aquí que nos convenciéramos de que era mejor comer alimentos bajos en grasa. Eso ha sido cuestionado y ahora el ingrediente "tóxico" parece ser el azúcar que como sabemos en rica en carbohidratos.
La lógica que sustenta las dietas bajas en carbohidratos parece bastante convincente. La idea es que los carbohidratos elevan el nivel de azúcar en la sangre y estimulan al cuerpo a producir insulina.
La insulina es la hormona necesaria para reducir el azúcar en la sangre, pero tiene otro efecto: se trata de una hormona de crecimiento, hace que el cuerpo convierta el azúcar en grasa y peor aún: hace que esa grasa sea difícil de utilizar como fuente de energía.
Esto puede conducir a lo que se llama el síndrome metabólico, una combinación de obesidad abdominal, presión arterial alta y colesterol alto y otras grasas en la sangre, lo que a su vez aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades del corazón, derrame cerebral, cáncer y otras condiciones de salud graves.
Esta hipótesis socava la idea más básica sobre el aumento de peso: que si comemos más calorías de las que quemamos, entonces aumentaremos de peso. Según esta teoría, las calorías de los carbohidratos son peores que las calorías de las grasas. Nos hacen obesos y propensos a morir de un ataque al corazón.
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Pero lo que demostró el experimento de Alex y Chris es que con las dos dietas pierdes peso. Pero los efectos secundarios son terribles en ambos casos.
Quien deja de comer carbohidratos, sufre de cetosis: el cuerpo comienza a producir cetonas, que actúan como combustible para el cerebro, que no puede utilizar la grasa . Además al no tener energía, tampoco te puedes ejercitar eficientemente. Pierdes peso pero estás técnicamente noqueada.
También puedes perder peso como lo hizo Chris quien se quitó 9 libras en un mes. Pero entonces el problema de presenta con el consumo ilimitado de hidratos de carbono.
Con su experimento estos hermanos descubrieron que lo que engorda no son las grasas ni los azúcares: lo que engorda (además de nosotras, claro está) es la combinacin de grasas y azúcares.
El azúcar por sí sola no es muy adictiva y la grasa tampoco. Pero una dona, que combina los dos sí. O una hamburguesa. O unas galletas. O el helado. Fíjate que una galleta Oreo que tiene grasa, harina y azúcar es tan adictiva como la cocaína.
No se trata ni de eliminar la grasa ni de eliminar los carbohidratos. Ambos son necesarios para el buen funcionamiento del organismo. De lo que se trata es de controlar el tamaño de las porciones. Yo, que puedo volver a decir que gracias a Dios soy de nuevo talla 2-4, lo logré comiendo de todo, pero poquito, olvidándome de las sodas, tomando mucha agua y caminando 4-5 veces por semana.
Imagen vía Alexander y Chris Van Tulleken
