5 Errores en la cocina que se pagan con ¡peso acumulado!

Puede ocurrir que, a pesar de estar observando la dieta en cada detalle, seguimos sin perder peso. O lo hacemos lentamente. Podríamos estar incurriendo en errores que parecen pequeños, pero que se siempre se convierten en peso acumulado.

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No es ningún secreto que los platillos de los restaurantes están llenos de ingredientes y calorías ocultas. Es por eso que las comidas caseras son una buena idea para quien haya decidido cuidar su peso.

La conquista de la cocina es un gran primer paso, pero si no has comido en meses y la escala todavía no se mueve, podría ser el momento de mirar con lupa tus hábitos de cocina.

A continuación, te mostramos algunos errores que podrían estar echando a perder tus planes de perder de peso.

Quizá utilizas demasiada cantidad de aceite. Sí, el aceite de oliva es una grasa "buena". Pero una sola cucharada agrega 120 calorías al marcador.

Eso puede no parecer mucho, pero si no estás prestando atención es fácil usar tres veces esa cantidad.

Cumplir con la limitación a una sola cucharada puede ser especialmente duro con las verduras, ya que tienden a absorber el aceite rápidamente.

¿Un truco útil? Pon un ratico al vapor las verduras (e incluso la proteína) para cocinarlos un poco antes de sofreírlos. En ese caso, necesitarás menos aceite para su cocción.

Vigila el tamaño de las porciones

Todos sabemos la importancia del control de las porciones, pero al final de un largo día tomarse el tiempo para medir cada ingrediente puede parecernos una tarea enorme y un tiempo dolorosamente lento.

En su lugar, solemos hacer cálculos "al ojo por ciento" del tamaño de las porciones, una práctica que podría añadir cientos de calorías ocultas a una comida que, si la hubiéramos medido correctamente, sería sana.

No pagues el precio de la pereza por no tomarte el tiempo para aprender cuáles son las porciones verdaderamente sanas de granos, pescado y otros productos que parecen saludables.

No seas esclava de la receta

Si te falta confianza en la cocina, es tentador seguir recetas al pie de la letra. Pero por obedecer a ciegas la lista de ingredientes, podrías estar perdiendo una oportunidad dorada de hacer ajustes saludables.

Por ejemplo, si una receta pide una taza de crema, trata de sustituir la mitad con yogur griego o incluso con aguacate en puré. Este simple intercambio reduce calorías y grasa sin sacrificar la textura o el sabor.

Nada de probaditas mientras cocinas

Resistir la tentación de probar la comida mientras la preparas puede parecer imposible, sobre todo cuando te estás muriendo de hambre.

Y si bien nadie ha muerto por un pequeño picoteo, un puñado de nueces aquí y una rebanada de aguacate allá, termina sumando.

Para evitar arruinar tu apetito (y la comida), trata de masticar chicle o beber un vaso de agua con gas mientras cocinas.

Si aún así sigues pellizcando la comida, entonces por cada bocado que tomes, pon un poco menos en tu plato.

Pon las sobras fuera de tu radar

Imagínate esto: la cena fue deliciosa, estás cómodamente llena y sabes que deberías estar satisfecha. ¡Hasta que vas a lavar los platos y la olla donde ha quedado un resto de pasta empieza a llamarte por tu nombre!

Adelántate al impulso de ir por un segundo plato metiendo las sobras en el congelador tan pronto como sea posible. En este caso, aquel viejo adagio es verdad: fuera de la vista, fuera de la mente.

La verdad es que todas sabemos que para salir adelante en la vida, es preciso echar mano de muchos pequeños truquitos.

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