Para adelgazar NO DEBES matarte de hambre ni hacer cosas drásticas ¡NO SIRVEN!

Cuando alguien está verdaderamente desesperado por lograr algo, recurre a medidas extremas. A grandes males, grandes soluciones. Cuando se trata de perder peso, la gente ha cometido auténticas locuras: los lavados de colon, pasar varios días tomando solo agua con limón y pimienta de cayena…. Pero no lo hemos visto todo, aún hay más.

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Entre los actos de desesperación que se han puesto de moda en los últimos tiempos, hay uno que viene disfrazado de "desintoxicación", es el "juicing", alimentarse exclusivamente de jugos como medida drástica para bajar de peso a toda velocidad.

No ha faltado quien proponga disparar café en los intestinos. De seguro has oído mencionar este sistema, así como el de tomar pastillas para mandar a quien las tome velozmente al baño.

Y, con toda seguridad, habrás visto la publicidad que anuncia las pastillas que "queman grasa mientras duermes".

Si te has sometido a estos métodos (o has considerado hacerlo) por qué sonaría tan loca la posibilidad de comer desnuda frente al espejo como terapia de choque para perder el apetito. Claro que es poco práctico cuando cenas fuera o cuando comes mientras conduces.

Pongámonos serios.

Comer desnuda frente al espejo (como forma de entrenarte para odiar la comida) no es una verdadera solución. Lo que sí ayuda es hacer consciente el hecho de que comemos para nutrirnos. Así que, antes de atiborrarte con cosas que te harán sentir culpable el Viernes Negro y más allá, come aquello que te hará sentir orgulloso de ti misma, en primer lugar.

Haz un poco de matemática básica. A menos que pertenezcas al reducido grupo que puede comer lo que quiera y no engorda, lo que tienes que hacer es calcular la cantidad de calorías que estás consumiendo y compararlas con las que estás gastando. Es posible que sea cierto eso de que no todas las calorías son iguales, pero es seguro que si le metes a tu cuerpo unos cuantos miles de calorías más de las que quemas, la diferencia se te va a venir encima.

Es un hecho que, incluso si tu alimento es crudo, orgánico, prensado en frío, disuelto en jugo o introducido por el intestino, el exceso de calorías que el cuerpo no utilizado en los músculos o para las funciones vitales básicas, se almacena en forma de grasa corporal.

¿Quieres algo sensato y que de verdad funciona?

Mantén las manzanas cerca. Son lo más cercano a un truco mágico para hacerte sentir llena sin ponerte morada de calorías.

Cuando sientas un vacío en el estómago, pregúntate si tienes hambre o sed.

A veces estamos deshidratados y no nos damos cuenta. Especialmente, cuando el clima es frío. La mayoría de la gente no bebe tanta agua como deberían. El consejo es: cada vez que te sientes a la mesa, tómate un buen vaso de agua antes de probar  bocado.

Y, por último, ya sabes: el alcohol está lleno de calorías vacías. Lo que puedes hacer es acostumbrarte al "separador de agua": un vaso de agua en medio de cócteles.

Recuerda: más dulce la bebida, más calorías al acecho.

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