Comer hasta decir basta es prácticamente irresistible en el Día de Acción de Gracias. Y es que el menú de Thanksgiving es tan delicioso que es verdaderamente imposible decirle no a los platillos que tenemos en frente. Si eres como yo, lo más probable es que termines con la panza inflada y con una terrible indigestión después de la celebración, así que este año, sigue mis consejos para que logres evitarlo.
Una de las cosas más importantes es que no comas antes de sentarte a la mesa. Es decir, no comiences a picar antes de la cena. Aunque no lo creas, esperar ayuda a la digestión. Si no le das a tu sistema suficiente tiempo para prepararse para la digestión, terminarás con el estómago inflamado y con indigestión.
Una vez que te sientes a la mesa, no te atragantes. Come con tranquilidad y mastica bien todo lo que te metas en la boca. Otra cosa que ayuda enormemente con la digestión es tomar agua durante la cena. Así que siéntate a comer con un vaso de agua y llénalo cuantas veces sea necesario mientras comes.
Cuando termines de comer, evita acostarte a descansar durante por lo menos tres horas para que no te dé reflujo. Se supone que la digestión después de la cena de Thanksgiving se tarda unas doce horas, así que ten eso en cuenta. También puedes tomar te verde para ayudar con la digestión.
No hay nada más horrible que sentirse empachada después de una gran cena como la de Thanksgiving. Evítalo siguiendo estos simples consejos.
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