Georgina McConnell de 19 años, decidió hace rato que ella no quería ser delgadita, como nos lo impone a la mayoría de nosotras, la industria de la moda y sus modelos anoréxicas y bulímicas. Por lo contrario, con la dieta que sigue se obliga a comer ¡seis veces al día! Lo que quiere es ser más grande, y está propuesta a lograrlo.
Sigue leyendo que su pasatiempo y la disciplina relacionada a él te sorprenderá.
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Hoy el cuerpo de Georgina, quien logró la medalla de oro tras competir en el Campeonato Nacional de Fisicoculturismo, del Reino Unido, parece más el de un levantador de pesas profesional que el de una adolescente en edad de ser pretendida. Pero Georgina está feliz porque su esfuerzo y disciplina férrea, que por años la ha llevado a pasar horas y horas en el gimnasio, está dando sus frutos.
Su sueño es convertirse en una fisicoculturista profesional y estoy segura de que va a lograrlo. No sólo dice que el fisicoculturismo es su vida, sino que además ha entregado su cuerpo a esa disciplina. Tiene músculos de acero que más de un hombre quisiera para sí. Si bien prefiero un cuerpo de mujer delicado y de curvas suaves, no puedo dejar de admirar la voluntad y el coraje de Georgina.
Mira que hay que ser valiente para someterse a esa transformación. Cuenta Georgina que aunque en su familia todo el mundo está en forma, en su círculo de amigos y relacionados las opiniones están divididas. No a todo el mundo le parece bien lo que hizo con su cuerpo y ahorita no tiene novio, entre otras cosas porque más de uno se intimida con su cuerpo de estatua y definitivamente monumental.
Para evitar que la miren raro, Georgina sólo se pone bikini cuando está en el escenario o las pasarelas de fisicoculturismo y es recatada en el vestir cuando de su vida privada se trata. Más de uno la ha insultado cuando le ven los brazos y los hombros.
Ahora está entrenando para el campeonato británico que tendrá lugar en octubre. Eso incluye comer seis veces al día pero no cualquier cosa, sino los alimentos que la ayuden a construir, literalmente hablando, los músculos que con tanto orgullo exhibe. No tengo la menor duda de que llegará lejos en su propósito.
