Por fin encontré que tengo algo en común con Gwyneth Paltrow, la rubia y súper estilizada estrella de Hollywood que ha ganado, entre otros premios, un Oscar por su actuación en la película "Shakespeare enamorado" (Shakespeare in love), y a quien en abril de este año la revista People escogió como "la mujer más bella del mundo". Sigue leyendo para que veas que no estoy alucinando.
En realidad quien alucinó fue la propia estrella de Ironman I, II y III, y por lo que menos te imaginas. En su afán de ser la flaca que es (para envidia de todas nosotras las mortales), Gwyneth tuvo alucinaciones, y esto sí es en serio, cuando se sometió a una dieta de desintoxicación o detox, de esas cosas locas que sólo somos capaces de hacer cuando tenemos 20 años, porque luego no hay cuerpo que resista semejante tortura.
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Pues Gwyneth, quien vive en Los Ángeles con sus dos hijitos (ves que tengo algo en común con ella) y siempre parece lista para desfilar por una alfombra roja, confesó que se sometió a un Master Cleansing que la dejó con alucinaciones después de 10 días ¡qué horror!
Bien dice mi abuelita que para ser bella hay que mirar las estrellas, y mira que yo miro las constelaciones completas cada vez que me pongo botox, me hago la depilación brasileña y pare usted de contar, pero no puedo con una dieta y menos una de esas dietas que literalmente te matan de hambre.
Ahora Gwyneth advierte que esas dietas detox a base de jugos y licuados pueden hacer que tu metabolismo colapse y lo que es peor, te pueden llevar a que en el futuro ganes el peso perdido rapidito.
Como no nací el día de estos detox, no me mortifico y por eso creo que las mejores dietas son aquellas en las que pierdes peso lentamente, pero de una manera sostenida, y que combinas con ejercicio moderado. Las libras que pierdes de esta forma son las más difíciles de recuperar.
Y aquí esta el otro hallazgo que me hace pensar que Gwyneth es como yo: odia pesarse y dice que no mide el éxito de cualquiera sea el régimen que sigue para lucir espectacular por las libras que pierde, sino por las PULGADAS! Yo soy igualita. ¿Viste porque te digo que tengo mucho en común con ella?
Me importa un pepino lo que diga la balanza siempre y cuando me pueda poner el vestidito que me puse para el ensayo de la boda de mi hermana en 1998. Ahorita, por supuesto, no me "entra". Lo mismo que mis sempiternos jeans talla 2.
Según Gwyneth y en esto la secundo 100%, "hay algo de punitivo y humillante en eso de estarse pesando". Yo desde hace siglos no tengo una balanza en mi baño: tanta pesadera te hace vulnerable porque te hace sentir culpable, miserable y ahí es entras en un ciclo perverso que te hace comer más.
Pero es ya que retomo mis caminatas y que retomo mi natación. Si combino ejercicio con muchas ensaladas y pescado a la parrilla o carnes a la plancha, y sobre todo si reduzco el tamaño de mis porciones, pierdo peso, quizá no tan rápido como cuando no tenía a mis hijos y era más joven, pero seguro que de una forma eficaz, que me permita estar en mi talla, sin tener que estarme pesando todos los días, antes de Acción de Gracias.
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