Si de alguna hierba puedo dar fe de que es milagrosa es el llantén__. Jamás la he probado ni cultivado y creo que es porque crecí creyendo que sus propiedades eran asunto de viejitas. Ocurre que una hermana de mi bisabuela, vivía al lado de la casa de mi abuelita y no había mal que esa señora, quien para mí siempre fue una ancianita, no remediara con unas hojas y un buen guarapo de llantén.
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Recuerdo que lo tenía sembrado en una jardinera en las ventanas del frente de su casa, que quedaba en la tropical Caracas y allí crecía y floreaba todo el año. Nunca supe a que sabía, pero cuando a mi abuelo le daba asma, mi abuela le preparaba una infusión de hojas frescas de llantén y santo remedio.
También lo usaba para aliviar la tos, la laringitis y cualquier cosa que tuviera que ver con las vías respiratorias.
En casa de mi abuelita el llantén era infaltable e infalible cuando se trataba de aliviar cualquier síntoma relacionado con la garganta y los pulmones por sus conocidas propiedades anti inflamatorias y también porque sus hojas son ricas en mucilago, que es una sustancia que se usa para aliviar la laringe, la faringe y las amígdalas inflamadas.
Precisamente para aliviar la amigdalitis, se hierben hojas de llantén y eucalipto y se hacen gárgaras con esta infusión de 3 a 4 veces al día.
Su uso tópico incluye emplastes de las hojas de llantén escaldadas en heridas y hemorragias: como tiene propiedades astringentes y antisépticas ayuda a cicatrizar.
Si tienes problemas de hemorroides, nada como un baño de asiento con hojas de llantén.
Para aliviar la conjuntivitis se prepara una infusión con agua hervida y hojas de llantén, Se deja reposar se cuela y se lavan los ojos con esta agua.
Imagen vía Buenasalud.com
