Aunque vivo en Miami no voy a la playa todos los días. Pero sí en verano. Por lo que ya me está atacando el estrés del bikini y las libritas demás. Al igual que a todas nosotras, a mí también me encanta soñar con una dieta mágica que resuelva todos mis problemas en una semana. ¿Cuántas veces he escrito aquí sobre la dieta de la banana y la leche, la dieta de los tres días , la dieta del ayuno y pare usted de contar?
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Lo cierto es que creo más en cambios de hábitos progresivos, en combinar más ejercicios con menos calorías, y en reducir el tamaño de las porciones, que en dietas shock o milagrosas. Pensando en el bikini no sólo de este verano sino en la ropa que me pondré este invierno, comparto contigo estos secretos para que tu dieta sea efectiva. De nada nos sirve hacer una dieta que nos mate de hambre y nos haga ladrar en vez de hablar, si después al mes recuperamos las libras que perdimos con tanto sacrificio. Aquí voy:
Ten paciencia. Una no se quita 10 ó 15 libras de la noche a la mañana. Es preferible perder dos o tres libras al mes y no recuperarlas la primera vez que te sientas a comer un plato de pasta. Lo mejor es establecer hábitos alimenticios saludables. Reducir el tamaño de las porciones y hacer ejercicio. Cuando esto se convierte en hábito, entonces vez resultados duraderos en el largo plazo.
I__dentifica qué te hace engordar__. ¿Son los dulces, las grasas o la copita de vino? Una vez que hayas hecho esta labor detectivesca entonces comienza a cambiar esos hábitos. Yo por ejemplo, no tengo problema en comer de todo (incluso un par de cucharadas de Nutella a las 4 de la tarde), siempre y cuando el tamaño de las porciones sea de moderado a pequeño y no esté comiendo aquí y allá entre comidas.
Revisa tus emociones. ¿Comes cuando estas ansiosa, estresada, de mal humor? Yo soy comedora compulsiva y eso sí que es un problema. Por eso tengo en la nevera, disponibles y a la mano zanahorias bebé y pedacitos de apio: con eso mato las ganas de masticar cuando estoy ansiosa y no engordo.
Muévete. Está comprobado que la gente que hace ejercicio (camina 3 millas diarias, por ejemplo) se mantiene en su peso deseado y además logra que los resultados de sus dietas sea sostenibles en el tiempo. Si puedes camina de media hora a 45 minutos diarios, si no lo puedes hacer diariamente hazlo de por lo menos cuatro o cinco veces a la semana. Mejor si te ejercitas con una amiga. Está comprobado que quienes nos ejercitamos acompañadas no sólo nos ejercitamos más sino más veces, somos más constantes y logramos mejores resultados. Además, cuando vayas a aparcar tu auto, estaciónalo lo más lejos del sitio a donde te diriges. Prueba a subir escaleras en lugar de tomar el elevador. Cómprate un podómetro para que cuentes la cantidad de pasos que caminas al día.
Planifica tus comidas con tiempo. Todas tenemos nuestros momentos de debilidad. Pero esos momentos es más fácil enfrentarlos cuando estamos preparadas. Ten a mano frutas de las que yo llamo "individuales": bananas, manzanas, peras, uvas, melocotones y cuando tengas hambre de dulce, come fruta en su lugar. Ten a mano edulcorantes artificiales: no aportan calorías y te sientes que estás satisfaciendo la ansiedad por el dulce. Tener palitos de apio y de zanahoria disponibles en el refrigerador en bolsitas para llevar es otra estrategia que funciona. Especialmente la zanahaoria te hace sentir satisfecha y a la hora de comer, comes menos.
Toma mucha agua. Ten siempre una botella de agua a mano: en tu bolso, en tu escritorio, en tu mesa de noche, en tu auto. Olvídate de esos café con crema y azúcar, o de las tazas inmensas de chocolate caliente y las copas de vino. Toma agua y té caliente o helado sin azúcar. Ahora en verano, prueba con limonada natural sin azúcar. Pero siempre trata de privilegiar el agua. Es más saludable. Es vida y no tiene calorías.
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