Cuando se trata de perder peso, las mujeres enfrentamos muchos problemas tanto físicos como hormonales y emocionales, que nos impiden llegar rápido a nuestras metas.
Uno de los principales, es el tema SUFRIMIENTO. ¿Por qué uno tiene que sufrir dejando de comer lo que le gusta? Bueno, para empezar uno no tiene porqué sufrir. No debes de matarte de hambre, sólo comer más saludable.
Encontré algunos sustitutos de comida que pueden hacer una gran diferencia en tu cuerpo, y no morirás de hambre, sólo se trata de sustiuir.
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Adiós: Granola light
Hola: Granola natural
La trampa de las barritas bajas en calorías es la peor de todas. Porque esas barritas tienen un montón de azúcar y calorías. Compra mejor tu propia granola natural en bote. Seguro será más saludable que lo que compras en el supermercado.
Puedes ponerle un poquito de miel natural de abeja si de plano no soportas la idea.
Adiós: Pan multigrano
Hola: Pan con granos enteros
Cuando vayas al supermercado, fíjate bien en el primer ingrediente de la bolsa de pan. Debe de decir 100% whole wheat o granos enteros. Recuerda que la mercadotecnia en productos light es todo menos la verdad…
Adiós: Papitas de bolsa
Hola: Bolsitas de nueces y almendras
La papitas tan sabrosas que nos comemos son lo más dañino que podemos hacerle al cuerpo. Pero las nueces y las almendras, aunque tienen grasa, es natural que ayuda al cuerpo y se disuelve naturalmente.
Para hacerlo más rico, échale limón y chile, que son buenos para tu salud también.
Las papitas se quedarán en tu cadera por años…
Adiós: Bagels mañaneros
Hola: Pepinos, apio y zanahorias
Nada mejor para deshacerse de la retención de líquidos que el pepino. Intenta una noche antes de salir a trabajar, cortar rodajas de pepino, apio o zanahoria y en lugar de comerte un bagel a mitad de la mañana, come estas verduras con un poco de limón y chile piquín al gusto.
¡Son deliciosos!
*Recuerda que lo más importante es no morir de hambre. No podemos dividir a nuestro cuerpo de nuestra mente y nuestras emociones. De nada sirve que te mates de hambre y seas miserable. No vale la pena.
Sóo cambia pequeños hábitos poco a poco, e incorpóralos en tu vida diaria. En unas semanas comenzarás a sentirte bien contigo misma y tu cuerpo lo notará.
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Imagen vía Thinkstock
