Hace poco compartí una lista de algunas de las cosas que podemos hacer para vivir más, que incluía caminar, comer bananas y alimentos rojos, tomar probióticos y correr una milla lo más rápido que pudieras. Pues hay más. Y resulta que también tener relaciones sexuales, dormir en camas separadas y pelear con tu pareja (sí, como lo oyes) contribuye a que tengamos una vida más longeva.
De todo hay en la viña del Señor. Un estudio realizado en el Sur de Gales, en el Reino Unido, en hombres de entre 40 y 50 años, demostró que tener relaciones sexuales regularmente alarga la vida: aquellos hombres que tenían sexo frecuentemente (dos veces a la semana, me pareció poco, pero allá ellos) tenían 50% menos probabilidades de morir a temprana edad, que aquellos que no tenían una vida sexual activa.
Más cerca de nosotras, estudios hechos aquí en Estados Unidos evidencian que tener sexo tres veces por semana (va mejorando la cosa), puede sumar al menos dos años a tu vida ¿cómo así? Pues porque mientras haces el amor es como si hicieras ejercicios: aumenta el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo. Pero lee bien: si tienes relaciones sexuales a diario, tu esperanza de vida puede aumentar ¡asta ocho años!
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No me digas que no es la mejor noticia que has leído en años. Al parecer, una vida sexual activa y saludable se traduce no sólo en una mejora de la circulación y en menos estrés, sino que además durante el sexo se libera DHEA, una sustancia que ayuda a reparar y sanar los tejidos y es un antidepresivo natural especialmente para nosotras las mujeres ¡bingo!
Pero no todo es felicidad. También resulta que compartir la cama con el hombre que amas afecta tu salud. Según el Dr. Neil Stanley, quien está a cargo de un laboratorio del sueño en la Universidad de Surrey, en el Reino Unido, cuando tu pareja se mueve en la cama mientras duermen, la probabilidad de que tú también cambies de posición es de 50%, es decir: tu sueño se interrumpe, así no lo notes.
Y si el otro ronca, pues peor que peor. Lo divertido que a mucha gente (incluida yo) nos gusta eso de "sentir" al otro al lado mientras dormimos, pero lo cierto es que si lo sentimos, es porque estamos despiertos ¡qué locura! ¿no te parece?
Ya para terminar por hoy, te dejo esta perla: pelear con tu pareja también ayuda a que vivas más. Al parecer, guardarse las cosas (malestares, rabias) puede causar presión sanguínea alta, insomnio y hasta riesgo de cáncer. Un estudio de la Universidad Michigan reveló que aquellas parejas que se guardaban los resentimientos tenía 25% más de probabilidad de morir jóvenes. En lo personal eso de andar peleando no me gusta, pero si creo que es muy saludable decirse las cosas y que el otro sepa qué te gusta y qué no.
Imagen vía Thinkstock