
Mientras escribo me estoy saboreando mi almuerzo. Agarré la mala costumbre de comer frente a la computadora cuando estaba en la universidad y ahora que recuerdo, gané peso mientras estudiaba. Y es que resulta que la probabilidad de aumentar de peso si comes viendo tele, frente a tu compu o simplemente mirando la pantalla de tu teléfono inteligente, es mayor que si sólo te dedicas a comer mientras comes.
Al parecer si estás distraída mientras comes ni cuenta te das de lo que te llevas a la coca, no masticas bien y lo que es peor: te olvidas rápidamente lo que comiste, por lo que no sólo te sientes menos llena o satisfecha, sino que además al rato vuelves a tener hambre y hasta te provoca un postre.
Según un estudio reciente, se comprobó que quienes comen mirando algún tipo de pantalla a la media hora vuelven a tener hambre, frente a quienes disfrutan la comida comiendo tranquilamente, quienes vuelven a tener hambre transcurridas dos horas y media. Estoy convencida de que el estudio es acertadísimo porque cuando mis hijos no están siempre como frente a la computadora y si te digo la verdad, ni sé qué como e ingiero comida más que nunca.
Con el resultado de estos estudios en la mano, algunos doctores están recomendando a sus pacientes olvidarse de comer mirando cualquier tipo de pantalla y además recomiendan:
- No mirar a escondidas ninguna mini pantalla, incluyendo iPod, iPad o cualquier otra tableta o teléfono inteligente.
- Reducir el número de horas frente al televisor. Está comprobado que las mujeres con sobre peso ingieren la mitad de sus calorías frente a la tele. Aquí en Estados Unidos nos pasamos al menos cinco horas diarias pegadas al televisor. Si reducimos ese tiempo a la mitad y nos ponemos a hacer cualquier otra cosa, estaremos quemando 120 calorías adicionales al día, eso son 840 calorías a la semana, sin hacer nada, sólo viendo menos televisión.
- Comer consciente de los que estás comiendo, concentrándote en cada bocado, te ayuda no sólo a disfrutar más de lo que comes, sino también a recordarlo y por lo tanto a tener menos antojos de postres.
¿Qué estas esperando? La que soy yo, me olvido de que puedo hacer mil cosas a la vez y a partir de mañana la hora de comer será sagrada.
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