Para las que tenemos tendencia a engordar, la dieta es una forma de vida. Nos cansamos de ella subimos de peso, nos ponemos mal volvemos a hacer dieta. Poco después el ciclo continúa. Pero no tiene que ser así. Los expertos en nutrición aseguran que las dietas no funcionan, porque son temporales, que lo que hay que hacer es cambiar de hábitos.Me consta que tienen razón y como en casi todo en la vida es cuestión de moderación, la licenciada Viviana Viviant publicó en el portal Entre Mujeres estos 10 hábitos que debemos incorporar a nuestro día a día si queremos escaparnos del círculo de vicioso de las dietas.
1) Nada está prohibido: Hay alimentos más y menos convenientes. Hay saber elegir y poner en práctica la flexibilidad, sin ser rígida ni permisiva. Se puede programar un "gusto" por semana en la etapa de descenso (más en la de mantenimiento). Si se siguen las pautas cotidianas de alimentación y ejercicio, no influirá negativamente en los resultados que muestre la balanza.
2) Mímate a diario: La salud necesita del cuidado de todos los días, no sólo en los meses del verano.
3) Olvida la "dieta": Focaliza en el cambio progresivo de hábitos alimentarios y estilo de vida. Si se ve como un proceso de aprendizaje, se baja la ansiedad y se hace un tratamiento paulatino pero con continuidad.
4) Hay que tomar mucho líquido: Se debe beber no menos de 2,5 litros de líquidos sin calorías al día y en cada comida. Empieza cada almuerzo y cena con un tazón de caldo o sopa de verduras.
5) Distribuye las comidas: Tiene que haber, como máximo, tres horas entre cada una. Colabora en la aceleración del metabolismo, el mayor gasto de calorías y la regulación del nivel de hambre. Haz las cuatro comidas principales (dándole mucha importancia al desayuno) y dos meriendas.
6) Verduras, verduras y más verduras: Empieza con el almuerzo y la cena, después de la sopa, con un plato abundante de verduras (de todos los colores) crudas o cocidas. Te da mayor valor de saciedad y sirve para achicar el tamaño de las porciones.
7) Frutas, frutas y más frutas: Cómelas como meriendas y como postre. Cuanto más variadas, mejor. Al menos tres unidades diarias.
8) No te olvides de las proteínas: Las magras (no acompañadas de grasas) están en los lácteos (leche, yogur y quesos) descremados, carnes rojas y blancas descremadas y huevo. Aumentan el gasto metabólico, brindan sensación de plenitud (te sientes "llena") y hacen que se quemen más calorías.
9) Entrénate en el "comer consciente": La mayoría de nosotros no presta atención a la calidad ni a la cantidad de lo que come, somos "consumidores automáticos". Para cambiarlo tómate el tiempo necesario, disfruta de las comidas, mastica más, usa cubiertos y evita mirar la TV o la computadora.
10) Elige una actividad física que guste: Que resulte divertida es la clave para poder sostenerla en el tiempo. Empieza de a poco si eres sedentaria y, en lo posible, con el asesoramiento de un instructor o profesor. El movimiento va de la mano de la buena alimentación, son los dos pilares esenciales.
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