Tal vez sabrás, que la ciudad de Nueva York, acaba de implementar una medida que está causando bastante polémica entre los ciudadanos, se trata de una iniciativa impulsada por el alcalde Michael Bloomberg, que prohibe la venta de bebidas gaseosas, de más de 473 ml en restaurantes, cines, bodegas y estadios deportivos; con el objetivo de luchar contra el problema de la obesidad, como dice un informe de BBC Mundo.
Desde que escuché la noticia, supe de inmediato, que mi esposo iba a poner el grito en el cielo, con esta nueva medida, pues él es de las personas, que siempre pide en el cine, el refresco extra-grande, para ver su película.
Y así fue. Cuando se enteró, lo primero que me dijo fue "¿quién se cree el alcalde de NY para prohibirnos las bebidas gigantes?". Debo decir que en lo personal, la medida no me afecta en nada, pues no soy fanática de las gaseosas y mucho menos, de las extra grandes; pero puedo entender la frustración de quienes sí lo son, pues no es posible que como adultos, ya no podamos tomar decisiones, en cuanto a cosas tan básicas como beber una gaseosa gigante. Cada quien sabe, de antemano, lo que NO le hace bien a su organismo, así que no creo que la solución al problema de la obesidad, sea la prohibición sino más bien la educación.
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Y es que, así como lo primero que se le ocurrió a mi marido fue dejar de ir a los cines de Nueva York e ir a los de Nueva Jersey, para poder acceder a su bebida gigante; otras personas encontrarán alternativas para poder adquirir sus gaseosas extra grandes. Por eso, considero que esta problemática no va a cesar, hasta que la gente no esté completamente convencida de que tiene que dejar de consumir ciertos alimentos por su propio bien. Y esto sólo se puede lograr a través de la educación, informando a las personas sobre los peligros de la obesidad y ayudándolas a prevenirla.
Sinceramente, no entiendo qué es lo que pretende el alcalde, Michael Bloomberg, con este tipo de medidas prohibitivas, pues parece que lo único que está logrando, no es disminuir el problema de la obesidad, sino incrementar la inconformidad de los ciudadanos, quienes consideran que se les están prohibiendo cosas sin haber sido consultados antes. Ya veremos si esta medida, efectivamente, disminuye los índices de obesidad en esta ciudad, pues de no ser así, el alcalde tendrá que replantearse de inmediato, si la estrategia que está utilizando es la correcta o no.
__Aquí te dejamos a Bloomberg hablando del tema:
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Embedded content: https://www.youtube.com/watch?v=pBvCGGzs7Z8
Imagen vía Payslmaginaire/Flickr