Una de las cosas más horribles, casi a nivel de tragedia nacional, de tirarse en el sofá a ver películas malas y comerse un pote de helados es que – te juro que la mano me está temblando al escribirlo- ¡que tu pareja te diga que estás gorda! No importan ni el tomo, ni la intención. __No importa si te dice "¡mi gordita linda!". La cosa es que cuando tu pareja te hace notar tus libritas demás, sientes como si el mundo se te está viniendo encim__a ¿o me equivoco? Pues te imaginas bien. Mi marido me lo dijo esta mañana y estoy de pésame.
Es más me siento tan absolutamente traumatizada que he pasado todo el día torturándome con la idea de que se me deben estar saliendo los rollitos; es decir, cauchos, chichos, etc. No importa de qué país vengas y cómo les digas. Estoy hablando del exceso de grasa acumulado en tu espalda y abdomen. Así que decidí poner manos a la obra en vez de sentarme a llorar.
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He leído sobre algunas dietas drásticas. Sí, antes de que me vayas a regañar, de esas mismas que casi ningún doctor recomienda, pero que a veces son efectivísimas para perder las libritas extras que te torturan y te vuelven loca, pero que al cabo de un par de meses te vuelves a inflar como un globo.Y decidí que no es una opción para mí.
Entre tanta buscadera, recordé que hace años –cuando ni siquiera soñaba con mudarme a Estados Unidos- hice una dieta maravillosa que me prescribió la doctora Daniela Jakubowicz, una endocrinóloga venezolana muy seria y prestigiosa, quien recomendaba un desayuno gigantesco.
Mañana mismo la voy a comenzar, por si acaso te quieres anotar. Comes muchas proteínas, no te quita los carbohidratos del todo y lo mejor es que siempre estás satisfecha.
Aquí te la paso, tal y como yo la recuerdo:
Desayuno:
1 vaso de leche descremada
100 gramos de proteína preparada como lo desees (carne de res, pollo o pescado a la plancha, frita o en salsa)
1 ración de carbohidratos (dos rebanadas de pan por ejemplo)
1 dulce (No estás leyendo mal: una porción de dulce. Bien sea un pedazo de pastel, cuatro caramelos, cuatro bombones)
Café o té.
Almuerzo
100 gramos de carne a la plancha (res, pollo o pescado)
Ensalada verde toda la cantidad deseada
Media taza de vegetales: zanahorias, calabacín, berengenas.
Cena:
100 gramos de carne a la plancha (res, pollo o pescado)
Ensalada verde toda la cantidad deseada.
Ojalá que no haya omitido nada. Te juro que si acompañamos esta dieta con un poco de ejercicio vamos a recibir el otoño como unas diosas delgadas a quienes los maridos no se atreverán a llamarlas gorditas ni por cariño. ¿Te animas?
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Imagen vía Thinkstock
