
Tengo unos pechos bastante grandes (o senos, o cha-chas, o t***s, o cualquier palabra que sea tu favorita para llamarlos o llamarlas).
No siempre ha sido así. De hecho, mis pechos grandes no crecieron hasta que llegué al segundo año de universidad. Gracias a Dios por el favor, porque antes de eso yo era una atleta a tiempo completo y no creo que mis grandes gemelas hubiesen hecho de esa experiencia una nada divertida.
De todos modos, después de varios años de una relación de amor y de odio, a la vez, con mis senos, finalmente comencé a abrazarlos completamente (literal y alegóricamente) y a su tamaño, y aprendí a cómo cuidarlos –tú sabes, comprando la talla correcta de brassiere y vistiendo en formas que los mejoraba o minimizaba, dependiendo qué cosa haría ese día (guiñada). Pero ahora, un nuevo libro está sugiriendo que los senos grandes pueden realmente ser malos para tu salud, y honestamente, ¡eso me desilusiona!
Tampoco seré la única que se afecta. El tamaño promedio de los senos en los Estados Unidos ha crecido desde un 34B a un 36C en sólo una generación, lo cual es un gran salto en tan corto tiempo. La autora Florence Williams, quien escribió el nuevo libro llamado 'Breasts: A Natural and Unnatural History' (Senos: Una historia natural y poco natural) señala que la tendencia hacia los bustos más grandes puede tener consecuencias de salud adversas –y no es sólo dolor de espalda, como tú quizás puedas asumir.
Aparentemente, la correlación entre pechos grandes y cinturas más grandes resulta muy problemática para Williams. El tamaño de nuestras "flotadoras" está ligado a cuán temprano pasamos por la pubertad, lo cual –suficientemente perturbador—ha llegado al más bajo nivel sin precedentes: un promedio de 10 años de edad. Desafortunadamente, mientras más joven se pasa por la pubertad más posibilidades tenemos de luchar con asuntos de peso o de convertirnos en obesas mientras nos ponemos viejas.
La otra tendencia problemática que Williams señala es el hecho de que si tienes senos grandes, estás probablemente absorbiendo y reteniendo más toxinas debido a todo ese tejido de grasa –aún si NO ESTÁS sobre peso. Así que, aunque la amplitud de tus gemelas esté atrayendo muchos admiradores, esa misma llenura quizás también esté reteniendo una mayor concentración de químicos desagradables como el mercurio y 'Polychlorinated biphenyls' en tu cuerpo.
"Lo que ocurre en nuestro medio ambiente es reflejado en nuestros senos. Si realmente nos preocupamos de la salud humana, necesitamos preocuparnos por nuestro planeta", dijo Williams, según el periódico USA Today.
!QUÉÉÉÉÉÉÉ! Eso no me parece nada justo. Quiero decir, vamos… –las mujeres de bustos grandes ya tenemos demasiadas cosas molestosas con las que lidiar en la vida. Es relativamente imposible encontrar un vestido veraniego que no termine viéndose claramente pornográfico. Los bebés tienden a agarrarse de nuestros senos y quieren acurrucarse en nuestro pecho (aunque suene tierno, ¡eso es embarazoso gente!) –y no me hagan que empiece a quejarme de los tipos que se olvidan que tú tienes una cara. Tal parece que vamos a tener que añadir este riesgo de salud a lista interminable razones por las que tener senos grandes puede ser, a la vez, una bendición y una maldición (suspiro…).
¿Alguna vez has estado preocupada por el riesgo a la salud que puede causar el tener senos grandes? ¿Considerarías una reducción? ¡Dinos tu opinión en el área de comentarios abajo!
Imagen vía malingering/flickr