Muchas veces he mirado para arriba cuestionando la necesidad de hacer algunos estudios científicos, pero éste que descubrí hoy, está fantástico porque comprueba lo que muchos hemos sospechado desde hace tiempo: decir palabrotas alivia el dolor.
Expertos de la Universidad de Keele, en el Reino Unido, revelaron que las personas que sueltan malas palabras cuando les pasa algo, así como cuando uno se tropieza y se lastima un dedo del pie, se quema en la cocina o se choca contra una esquina, __pueden aguantar el doble de dolor, que los que se controlan.
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El doctor Richard Stephens, un psicólogo cuyo trabajo apareció esta semana en la publicación NeuroReport, explicó que se le ocurrió hacer el experimento cuando se dio un martillazo en un dedo, mientras que construía una casita en su jardín. Me pregunto si le habrá recordado la madre a alguno por ahí.
Stephens y su equipo reclutaron a 64 personas y les hicieron lanzar las peores palabras que se les ocurriera mientras metían una mano en una tina de agua helada. Al repetir el experimento les pidieron que usaran términos más civilizados. Ya me los imagino diciendo como Robin el de Batman "rayos, truenos y centellas….santa agua helada".
Para hacerles la historia corta, resultó que los voluntarios aguantaron con la mano en el agua helada por mucho más tiempo cuando se expresaron en términos que les habrían ganado una lavada de la boca con jabón en los viejos tiempos.
La explicación parece ser que la gente aumenta su tolerancia al dolor cuando se puede expresar como le nace y no tiene que estar controlándose para parecer más valiente o mejor educada. ¡Obvio! ¡Pero gracias Dr. Stephens, a partir de ahora ya no me dará vergüenza soltar palabrotas cuando me tropiece con algo! Me pregunto si el experimento, también se aplicará a decir obscenidades cuando vamos manejando.
¿Qué opinas? ¿Estás de acuerdo con los resultados de este experimento? Déjanos tu comentario.
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Image via Floyd Brown/flickr