
No vengo de una familia muy atlética que digamos. Ni en cuanto a hacer actividades físicas se refiere ni en cuanto a ser fanática de algún equipo deportivo. De niña jugué tenis y nadé mucho, pero tengo que admitir que nunca me ha interesado mucho hacer deportes. Es más, mi clase más odiada siempre fue la de educación física.
Pero con todos los problemas de sobrepeso –especialmente entre los niños– que existen hoy en día, es imperativo para mí que mis hijos entiendan la importancia de hacer actividades físicas. Y es por eso que, aunque no lo hacemos todo el tiempo, nos gusta ir a montar bicicleta juntos y espero que a medida que mis hijos vayan creciendo, lo hagamos más seguido.
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Los expertos aseguran que hacer ejercicio en familia tiene muchos beneficios ya que además de ser muy bueno para la salud de todos también presenta una oportunidad para compartir tiempo juntos y reforzar los lazos familiares aún más.
Lo mejor de todo es que las oportunidades de hacer esto abundan. En mi casa, por ejemplo, además de montar bicicleta, también nos encanta bailar. Por lo general, siempre tenemos Pandora prendido y si de repente a alguien le gustó una canción y se pone a bailar, los otros lo seguimos.
Otra opción que también practicamos mucho en casa salir a caminar. Tenemos la suerte de vivir en un vecindario muy tranquilo lleno de senderos lejos del tráfico y en cuanto cambia el clima, nuestras caminatas son más seguidas. A veces solo le damos la vuelta a la manzana y aunque no parezca gran cosa, la verdad es que eso es más que suficiente para fomentar la importancia de la actividad física.
Imagen vía mikebaird/flickr