¿Alguna vez has conocido a alguien que está esperando desesperadamente un trasplante de riñón? Yo sí. Y estuve ahí cuando recibió la noticia de que su nombre había sido finalmente escogido de la larga lista de espera porque habían encontrado un donante compatible. También estuve ahí el día que lo iban a operar, pero que al final no porque hubieron complicaciones y los doctores decidieron que, después de todo, no era una buena idea.
De más está decir que fue horrible, que nunca he visto a alguien tan desolado y desalentado en mi vida. A este hombre lo conocí hace varios años cuando trabajaba en Univision y estuve investigando el tema de tráfico de órganos para un programa especial. Fue uno de los reportajes más difíciles que he hecho en mi carrera como periodista.
Fue ahí cuando me enteré de lo difícil que es que tu vida dependa de un trasplante de órgano ya que la demanda es alta y la oferta baja. También me enteré de lo fácil que es que algunos se aprovechen de esta situación dedicándose a buscar a jóvenes usualmente pobres para "comprarle" sus órganos sanos y después venderlos.
Eso fue exactamente lo que hicieron una docena de personas que han sido procesadas en China por vender ilegalmente 51 riñones humanos valorizados en 1,6 millones de dólares en lo que se considera uno de los casos más grandes de tráfico de órganos en China. Según el diario People's Daily, la organización compraba los riñones por 3.900 dólares y los vendía a los pacientes por casi diez veces más. Lo que me parece más increíble es la participación de los médicos que hicieron los trasplantes a sabiendas de que algo obviamente estaba mal. ¿Quién sabe cuánto le habrán pagado a ellos?
El señor del que hablé al principio finalmente recibió su transplante y hoy tiene la suerte de seguir vivo, pero al preguntarle si a él se le cruzaba por la mente buscar la manera de "comprar un riñón", no dudó en contestar con un rotundo "no". Él decía que lo mejor era cambiar la mentalidad de la gente, especialmente la de los latinos, en cuanto a la donación de órganos. Y yo estoy totalmente de acuerdo.
Según expertos en el tema, los latinos somos menos propensos a donar nuestros órganos que los americanos. Muchos creen que la religión católica no permite las donaciones de órganos porque esto demacraría nuestros cuerpos y no podríamos pasar a la otra vida completos, pero esta creencia es totalmente falsa. Es más, el Papa Juan Pablo II fue el primer papa en declaran que las donaciones son un acto de amor y el actual Papa Benedicto XVI, cuando era cardenal, portaba una tarjeta de donante de órganos.
Yo acabo de renovar mi licencia de conducir y al preguntarme si quería continuar siendo donante de órganos no dude en contestar que sí. Si todos hacemos lo mismo, ¿te imaginas cuántas vidas podríamos salvar?
¿Cuál es tu opinión acerca de la donación de órganos?
Image vía MishaGirl/flickr