La demencia es un monstruo que acecha por los dos lados de mi familia. El alzheimer está presente en los genes de mi esposo, la arterosclerosis en los míos. Vivimos obsesionados con nuestra memoria y no es para menos.
Sin embargo, esta semana hemos tenido muy buenas noticias: El gobierno de Barack Obama anunció que dará 156 millones de dólares extra para proyectos que busquen un tratamiento efectivo para la enfermedad que sólo en Estados Unidos afecta a más de cinco millones de personas.
La meta es de encontrar la cura, o al menos un tratamiento para este mal antes de 2025. Aunque muchos expertos temen que este objetivo sea demasiado ambicioso, yo no puedo más que cruzar los dedos y desearles suerte. Después de todo ya hablamos de una vacuna contra el Sida, y quién lo habría soñado hace 10 años.
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Diferentes movimientos contra la demencia impulsan un plan nacional que ayude tanto a los pacientes como a sus familias. Hay pocas cosas más dolorosas que ver a tus seres queridos perdidos en el laberinto que se convierte un cerebro con este tipo de males. Muchas veces los médicos fallan en detectar la enfermedad por que sólo oyen lo que les dice el paciente, que en muchos casos esconde los primeros síntomas.
Actualmente, las medicinas ayudan a manejar los síntomas y hasta desacelerar la progresión de la demencia, pero no existe cura. Estas señales iniciales incluyen desorientación por momentos, pérdida vaga de la memoria y cambios en la personalidad.
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Estudios de la Organización Mundial contra el alhzeimer indican que una detección temprana ayuda tanto al paciente porque puede aprovechar terapias medicinales y ocupacionales para luchar contra la enfermedad, y a su familia, pues pueden tomar juntos las decisiones que se avecinan. Cifras de este grupo revelan que América Latina es una de las zonas más afectadas por este mal, con Venezuela y Brasil encabezando la lista de los países más afectados.
¿Conoces a alguien que sufre de demencia o tienes sospechas de que tiene alguna de las enfermedades que la causa? Encuentra alguna forma, la más sutil posible, de que sean diagnosticados. Y si el mal está en tu familia haz ejercicios para la memoria, aprende un nuevo idioma y/o a tocar un instrumento musical, haz yoga, come pescado, y cruza los dedos con nosotros para que los científicos encuentren la forma de ganar esta guerra.
Imagen vía himynameismarek/flickr