Los seguros para viviendas pueden ser un misterio y hay muchos mitos sobre este instrumento financiero dando vueltas por ahí. Aunque lo mejor para determinar qué es verdad y qué es mentira es hablar con un profesional, aquí tienes las cosas más básicas que necesitas saber para que no te vayan a envolver y hacer perder dinero.
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Porque sí, es posible tomar las decisiones erradas en lo que se refiere al seguro a la propiedad y terminar o pagando de más, o con mala cobertura, o aun peor pagar y no tener la cobertura que necesitas.
Así que infórmate con esta lista de lo más elemental y prepárate para proteger a los tuyos y a tu patrimonio.
En la mayoría de los casos no son opcionales.
Si compraste tu casa con un préstamo hipotecario, lo más probable es que sea una de las condiciones de la institución financiera que te dio el dinero.
Pero incluso si no lo es, no es buena idea no tenerlo. Eso de que aquí nadie se da cuenta y no va a pasar nada es un mito.
No te cubren si el problema es causado por tu culpa.
Si tu casa sufre daños porque te pusiste a inventar que eras plomera y se te inundó la cocina o el baño, el seguro no te va a ayudar. Tampoco si el daño es causado porque no mantuviste adecuadamente tus aparatos.
Es un mito eso de que se puede disfrazar lo que pasó. Los peritos de la empresa aseguradora son grandes expertos y han visto de todo.
Tus perros te pueden crear un problema.
Si es de una raza considerada agresiva, el seguro puede que no cubra cualquier problema que haya con él. Averigua si tienes que pagar algo especial.
Todo lo que está dentro de tu casa está cubierto.
Cuando compras el seguro tienes la opción de decidir el valor de las cosas que quieres que te cubra. No es infinito.
No hay un precio estándar para cada casa.
Todo depende de la empresa, el agente de seguro y las condiciones en las que esté tu crédito y tu vivienda. Edúcate, pide varios presupuestos y verifica la fama de la aseguradora antes de decidirte.
Tus gastos médicos no están incluidos.
Mucha gente cree que la porción médica incluye a todos los que viven en la casa, pero es para cubrir los gastos que puedan tener tus visitantes si les pasa algo mientras están en tu casa.