
Esta es la pregunta del millón. Los propietarios de casas, en la mayoría de los casos, ni cuestionan si el seguro es opcional. Para muchos de ellos es requisito, ya sea por los términos de sus préstamos o por el deseo de proteger su hogar.
Claro que una de las ventajas atractivas de ser un inquilino es que el propietario casi siempre es responsable por las reparaciones del apartamento, pero esto no debe ser el razonamiento para no tener seguro de inquilino.
Entre los mitos que he oído o leído por ahí, los más frecuentes son: "Mi arrendador tiene seguro, así que yo no necesito seguro de inquilino", y "Ay por Dios, yo no quiero otro gasto más. A mi apartamento no le va a pasar nada".
Y esos mismos comentarios son los que me dan hasta escalofríos cuando los escucho porque, en mi opinión, el seguro de inquilino no es solo un deseo pasajero sino esencial para proteger las pertenencias que con tanto trabajo has conseguido.
"Mi arrendador tiene seguro, así que yo no necesito seguro de inquilino".
Si bien puede ser cierto que los arrendadores tengan seguro que cubre el edificio en sí, este no suele cubrir daños o pérdida de pertenencias de los inquilinos (a menos que su contrato de arrendamiento especifique lo contrario). En el peor de los casos, como en un desastre natural, al no tener seguro de inquilino, podrías perder todas tus pertenencias.
"Ay por Dios, yo no quiero otro gasto más. A mi apartamento no le va a pasar nada".
Hay que cambiar la mentalidad de ver el costo de una póliza de seguro como un gasto más y en cambio pensar que es una inversión para proteger tus pertenencias. Además, puedes hablar con tu agente de seguro y ver qué descuentos puedes obtener para mantener una póliza a un costo módico. En muchas ocasiones el tener seguro de automóvil o de vida con la misma compañía te ayudará a pagar menos.
Prevención es la clave para una mejor vida financiera. Tu billetera te lo agredecerá.
Yoly Mason, bloguera radicada en Orlando, FL, quiere vivir en un mundo donde las mujeres latinas puedan disfrutar la vida a pleno con un presupuesto pequeño, ya que estar endeudado está tan de moda como el teléfono de disco.
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