Aprendí a hacer estas chuletas en mi adolescencia. Fue uno de esos trucos que me enseñó mi mamá y, hasta el sol de hoy, recurro a esta receta de apenas dos ingredientes cada vez que estoy apurada. Te cuento cuál es el ingrediente sorpresa de estas chuletas, que hace que sean una divinidad.
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Para hacer esta receta solo necesitas chuletas ahumadas y jugo de tamarindo. Puedes hacerla con chuletas con hueso o deshuesadas, como escogí yo. Prefiero las chuletas sin hueso porque así es más fácil para los niños, pues se cortan su carne en bocaditos, y santo remedio.
La preparación de este platillo no tiene ciencia. Sin embargo, el resultado es una delicia: unas chuletas suaves y con ese gusto entre dulce y salado. Las puedes servir con arroz blanco y brócoli blanqueado, y tendrás una comida balanceada.
Chuletas ahumadas en salsa de tamarindo
Rinde para 6 porciones
Ingredientes
6 chuletas ahumadas, rebanadas del ancho de tu preferencia
2 tazas de jugo de tamarindo
Preparación
1. En un sartén de grill (para que se le hagan las marcas), a fuego medio alto, pon a asar las chuletas y cocínalas por 2-3 minutos por cada lado, hasta que se le hagan las marcas.
2. Transfiere las chuletas a un sartén con tapa a fuego medio y agrega el jugo de tamarindo.
3. Cocina hasta que rompa el hervor.
4. Una vez que la salsa hierva, baja el fuego a medio-bajo, tapa y cocina hasta que se forme una salsa espesa, por unos 12-15 minutos. Asegúrate de voltear las chuletas un par de veces.
5. Apaga el fuego y espera unos 5 minutos antes de servir.
Imagen vía Enriqueta Lemoine
