No vengo hablar de alimentos hipocalóricos que te harán ganar peso o de aquellos que no aportan valor nutricional alguno al organismo. No, voy a hablarte de aquellos alimentos que consumimos regularmente (y algunos gracias a Dios nunca), que pueden causar serios trastornos de salud. No quiero alarmarte, pero hay incluso algunos cuyo consumo puede ser mortal. En todo caso, de lo que sí estoy convencida es de que estemos bien informadas para así evitar su consumo.
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Si como a mí te gustan los hongos, presta atención. ¿Sabes distinguir un hongo venenoso de uno que sea apto para el consumo humano? Porque la que soy no, no sé nada de eso y como regularmente champiñones, portobella, shitaki y pare usted de contar. Sólo espero que quienes los cultivan y cosechan sepan distinguir los hongos buenos de los malos. Hay unos que son tan venenosos que su consumo puede ser mortal. Otros pueden causar alucinaciones. Así que mucho cuidado.
Son amantísima de los crustáceos: camarones, gambas, langostinos, langostas. Pero nunca he sido muy fanática que se diga de las otras, almejas, etc. Es decir, uno oye tantas cosas acerca del consumo de mariscos, que más vale poner las barbas en remojo. Ocurre que estas criaturas se alimentan filtrando el agua de los mares, ríos y lagos donde viven y las toxinas que filtran se quedan en sus organismos y no son eliminadas durante la cocción. Así que guerra avisada no mata soldado.
Mis hijos comen salchichas de perros calientes y suelo hacerles un arroz con salchichas rebanaditas que les encanta. Sin embargo no es recomendable darles salchichas, ni siquiera cortadas a niños muy pequeños que no mastiquen muy bien, porque al igual que con un pedazo de carne, corren el riesgo de atragantarse y hasta ahogarse.
¿Habías oído de algo tan raro como el vino de serpiente? La verdad es que yo no, pero al parecer en China suelen tomar una bebida que resulta de macerar serpientes venenosas en alcohol. Los chinos toman este "vino" por sus propiedades "medicinales", pero la realidad es que puede resultar sumamente tóxico.
Esto si debe ser algo perteneciente a culturas antiquísimas, pero al parecer algunos pueblos de Asia siguen comiendo un platillo que consiste en sesos de monos. El problema es que estos animalitos son portadores de una enfermedad que produce síntomas como el del virus de la vaca loca y quien la contrae puede hasta morir. ¡Qué horror!
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